Los nuevos pecados contra los pueblos indígenas y las raíces violentas de la ideología. Bernardino Montejano.
30 Settembre 2024
Marco Tosatti
Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, el Prof. Bernardino Montejano, a quien va nuestro agradecimiento, ofrece a vuestra atención este comentario sobre ideologías y violencia. Feliz lectura y circulación.
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LOS NUEVOS PECADOS CONTRA LAS POBLACIONES INDÍGENAS.
Hace unos días, el 18 de este mes al comentar los nuevos pecados, respecto al que se comete contra las poblaciones indígenas, denunciamos que en la Argentina soportamos insultos, usurpaciones, incendios, con la complicidad oficial, de los mapuches.
Hoy, quiero dedicar esta nota al tema, para arrancar la máscara de la renovada hipocresía de quienes inventaron los nuevos pecados y denunciar una mentira más.
En INFOBAE del 27 de septiembre se informa acerca de la 2ª. Jornada del proceso judicial que tramita en Bariloche y que tiene el título: “Los vecinos detallaron los momentos de terror que vivieron por la violencia de la Agrupación Laiken Wincul Mapu” en noviembre de 2017, al ser usurpadas siete hectáreas pertenecientes a Parques Nacionales, consistentes en agresiones con piedras, palos, fuego y disparos con armas de fuego.
Son interesantes las declaraciones de Marcia Urbinati, empleada de Parques Nacionales encargada de la Sección Mascardi, quien tuvo que renunciar a su cargo debido a la hostilidad de los usurpadores: “Me insultaban, llevaban niños que los lanzaban adelante y para circular debía sacarme el uniforme, porque si lo usabe era insultada y agredida”.
Crecía el miedo entre los pacíficos vecinos. Empezaban a arder campamentos educativos y propiedades de vecinos, mintras los usurpadores deambulaban encapuchados con boleadoras y cortaban la ruta 40 cuando querían.
Un funcionario de la Prefectura Naval detalló el operativo del grupo Albatros para el primer desalojo y destacó que los usurpadores “tenían organizción militar, puestos de control, casillas precarias, piedras y palos”.
Y entonces resulta que estos peculiares representantes de los “pueblos originarios”, aterrorizaban a los pacificos vecinos y aparecían como herederos de aquellos delincuentes con poder, que inventaron el terror en los tiempos oscuros de la Revolución Francesa y se transformaron en expertos en eliminar a sus víctimas mediante la guillotina y las deportaciones verticales.
Desde entonces los verdugos se multiplicaron y el Gulag soviético rivalizó en crueldad con el terror que asoló a los países de Europa oriental, en especial a Ucrania con su Holodomor, y que se extendió en el tiempo hasta el colapso de la Unión Soviética.
Pero ese terror permanece en China, donde según un traidor, el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo quien continúa diciendo que es el lugar donde mejor se aplica la doctrina social de la Iglesia, mientras se destruyen cruces, iglesias, capillas, oratorios y se acosa a los verdadero católicos, que son los pertenecienten a la Iglesia clandestina, porque la otra, la oficial es una sucursal del Partido Comunista.
Esta es la verdad, aunque duela. El Vaticano y su gestor en el asunto Parolín, con sus diuplomáticas maneras, son cómplices de la destrucción del catolicismo chino.
Y el terror se extiende: Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países, gimen hoy y sufren las nuevas tiranías, que se afirman matando, encarcelando o expulsando a quienes resisten.
Pero ahora, para tratar de enloquecernos del todo, se inventan nuevos pecados, los verdugos se transforman en víctinas y las víctimas se tranforman en verdugos.
Llegó la hora que ante el silencio ominoso de nuestros obispos, los católicos digamos ¡Basta! y denunciemos a los nuevos hipócritas y fariseos.
Que denunciemos a obispos y sacerdotes tercermundanos cómplices de los verdugos. Hoy es puesto un ejemplo, el de los mapuches pero existen muchos casos más.
Esos obispillos y curas villeros o tercermundanos, han sido ganados por las categorías marxistas en la cabeza y en el corazón de los los cuales desaparecen las personas para ser reemplazadas por las estructuras entre las cuales predomina la económica.
Y es la infraestructura económica la generadora de las superestrcturas política, jurídica, religiosa. Las personas concretas son simples marionetas movidas por ellas.
De allí surgen las ideologías, útiles instrumentos para una interesada justificación de determinadas estructuras. Dentro de este esquema tenebroso y antropocéntrico, no existen Dios, el orden de la creación reflejando en el natural moral y en el sobrenatural, la verdad y el bien.
Y tampoco hay lugar para el pecado, esta violación por una conducta humana, consciente y libre, de los mantatos divininos; aquí se entiende el pecado en sentido clásico.
Los mandamientos ya no son tales y el culto debido a Dios, al cual se refieren los de la primera tabla ha sido sustituido muchas veces por las idolatrías y supersticiones.
Y respecto a la segunda tabla, el honrar a los padres, molestos a cierta edad, se ha debilitado y prueba de ello es el auge de los gerátricos, el no matar al inocente ni al justo, se ha relativizado, al proclamar como derechos el aborto y la eutanasia, el no fornicar, cede ante el ”derecho” a realizarse, el “no hurtar”, ante el “derecho” a enriquecerse, el “no mentir”, ante el “derecho” a promoverse.
Incluso aquí, en la Argentina, se han visto casos de jueces “torcidos” a quienes untándoles las manos se les ablandó el corazón.
Y el “hueco” dejado por los viejos pecados, hoy se intenta reemplazarlos por los nuevos y vaporosos, a veces contrarios a los antiguos.
Así, el nuevo pecado contra la población indígena genera el derecho del indio a ser bien tratado, quien debe asimismo, en recioprocidad, comportarse bien.
En el caso concreto mostrado ¿los mapuches se portaban bien? Usurpar, incendiar, robar, injuriar, insultar, cortar rutas no es comportarse bien. Y como consecuencia lógica, tratarlos bien es reprimirlos, juzgarlos, determinar los delitos, condenarlos, si existen pruebas suficientes, a una pena justa.
¡Basta de vaguedades! Basta de complicipadad con la delincuencia común disfrazada de pueblos originarios. No debe existir otro Estado dentro del Estado. Son argentinos como los demás. Gozan de los mismos beneficios y deben observar las mismas obligaciones. Si no les gusta, que ejeran su derecho a emigrar, que vuelvan a Chile de donde son originarios y nos dejen en paz.
Estancia San Joaquín, septiembre 28 de 2024.
Bernardino Montejano
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Tag: ideologia, mapuches, montejano, violencia
Categoria: Generale