Monseñor Viganò sigue temiendo por su vida. Sabe demasiado sobre Bergoglio y el Vaticano
21 Agosto 2024
Marco Tosatti
Estimados amigos y enemigos de Stilum Curiae, hoy Franca Giansoldati publica una entrevista extremadamente interesante en Il Messaggero con el arzobispo Carlo Maria Viganò.
Uno de los puntos abordados en la entrevista se refiere a la seguridad personal del prelado, que, por lo que se entiende, sigue temiendo por su vida. No quiere acabar, dice, como su predecesor en la Nunciatura de Washington, Pietro Sambi, que también fue un fuerte crítico y opositor del entonces todopoderoso cardenal McCarrick, castigado por Benedicto XVI por su comportamiento con sacerdotes y seminaristas, e indultado por Francisco, quien fue advertido inútilmente de las fechorías del cardenal estadounidense por el propio monseñor Viganò, en una conversación personal.
Tampoco quiere acabar como el cardenal Pell, injustamente juzgado y condenado -algunos incluso quieren ver una mano romano-vaticana en ello…- por cargos endebles y finalmente absuelto por el Tribunal Superior de Australia, para luego morir en circunstancias que no están del todo claras. Pell había intentado poner orden y hacer limpieza -como Viganò- en los establos Augia de las finanzas vaticanas, regularmente traicionado y desautorizado por el papa Bergoglio.
Al igual que Sambi y Pell, Viganò también sabe muchas cosas; tanto más cuanto que trabajó durante muchos años en la Secretaría de Estado, en la oficina que se ocupa de la conducta y el comportamiento de obispos y cardenales de todo el mundo. Un hombre con tantos conocimientos y buena memoria es peligroso, para alguien cuyos armarios -véase el actual pontífice- quizá no estén exentos de esqueletos.
Viganò afirma que después de su denuncia pública de los encubrimientos de los que McCarrick había disfrutado en el Vaticano, se enteró de que su vida corría peligro. Y afirma que la condena de McCarrick en 2019 sólo sirvió para salvar la reputación de Bergoglio. No hubo juicio canónico, los testigos no tuvieron la oportunidad de dar los nombres de los cómplices porque Bergoglio se arrogó el derecho de calificar el caso de cosa juzgada. La medida administrativa tuvo como objetivo ocultar la red de complicidades, a pesar de que los delitos eran conocidos desde hacía décadas.
En la entrevista, que aconsejamos que se lea, podemos agregar algunos detalles de primera mano. Monseñor Viganò fue trasladado de la Secretaría de Estado al Governatorato por el secretario de Estado de Benedicto XVI (un nombramiento desastroso para el pontificado), y como el trabajo de limpieza administrativa que había emprendido chocaba con los intereses de un favorito de Bertone, fue enviado a Estados Unidos. Dos veces Benedicto XVI le ofreció ser cardenal, y dos veces lo rechazó para poder continuar con la labor de limpieza de la turbia y corrupta gestión del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En agosto de 2018, el que escribe fue protagonista de la publicación de las memorias de monseñor Viganò en La Verità; un amigo común nos puso en contacto, nos reunimos dos veces en mi casa de Roma, y la segunda vez organizamos la publicación del documento de denuncia. Recuerdo que, al saludarle en la puerta, le pregunté: «¿Adónde irá ahora, monseñor?». Me contestó: «No te lo diré, para que no tengas que decir mentiras. Pero creo que es buena idea que desaparezca, conozco demasiado bien cómo funcionan los servicios vaticanos».
Seis años después, la cúpula de la seguridad vaticana ha cambiado (el general Giani estaba muy cerca del cardenal Tarcisio Bertone), pero evidentemente el peligro para quien sabe muchas cosas y no teme decirlas sigue muy vivo y presente.
Publicado originalmente en italiano por Marco Tosatti el 20 de agosto de 2024, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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Tag: giansoldati, vigano
Categoria: Generale