Respecto a monseñor Carlo Maria V., a la Iglesia y a san Atanasio. Paolo Deotto

4 Luglio 2024 Pubblicato da

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, ofrecemos a vuestra atención este comentario de nuestro amigo Paolo Deotto, a quien agradecemos de todo corazón, respecto al arzobispo Carlo Maria Viganò. Palabras que compartimos. Que Dios ayude a la Iglesia, a monseñor Viganò y a nosotros. Buena lectura y difusión.

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No escribo estas reflexiones como un teólogo improvisado. Ya tenemos muchos. Escribo como católico de a pie, preocupado por salvar su alma y dolorido -y ciertamente no soy el único- por lo que vemos que sucede en Roma desde hace años y se difunde desde allí.

Como era inevitable, luego de la citación a monseñor Viganò para responder a la acusación de cisma y su clara postura (ver https://www.ilnuovoarengario.it/jaccuse-dichiarazione-di-s-e-r-mons-carlo-maria-vigano-sullaccusa-di-scisma/) comenzó la carrera de “distingos”, y por parte de muchos, incluso del llamado frente “tradicionalista”, hay una preocupación por distanciarse del hombre y del obispo que tuvo y tiene el coraje de hablar con total claridad.

No hay que asombrarse: todo aquél que habla con valentía y claridad siempre avergüenza, tanto más si se trata de un hombre que por sí solo no ahorra críticas -muy bien fundadas- a un sistema que, por perverso que sea, sigue siendo fuerte. Y los italianos (si no me equivoco, lo dijo Leo Longanesi), estando siempre dispuestos a correr en ayuda del vencedor, en caso de duda eligen a quien aparentemente es, al menos por ahora, el más fuerte.

Con esto no quiero decir que todas las críticas a monseñor Viganò provengan sólo de la cobardía y/o del oportunismo. Pero es un hecho que el modus agendi de monseñor Viganò pone en aprietos al interlocutor, porque se basa en hechos, en críticas que nacen de la realidad y no de cortinas de humo.

Y monseñor Viganò ha tenido la valentía de romper la banca, hablando con esa claridad que por desgracia, en estos once años de desastre bergogliano, no ha ejercido la inmensa mayoría del clero.

La Nuova Bussola Quotidiana publicó ayer un artículo de Luisella Scrosati (véase https://lanuovabq.it/it/rifiutando-la-chiesa-visibile-vigano-si-scomunica-da-solo) en el cual se sube un poco al cristal para demostrar que monseñor Viganò no sólo es cismático, sino que también está excomulgado. La distinción entre “hereje oculto” y “hereje notorio” que hace Scrosati resulta un boomerang, porque negar que Bergoglio es un hereje notorio es, de hecho, negar la realidad.

Pobre Bergoglio, podría decirse, ha hecho y está haciendo de todo para sembrar la confusión entre los fieles, descalificar a la Iglesia y llevar las almas al infierno. ¿Qué más debe hacer para que se entienda que es un enemigo jurado de Cristo?

Y si queremos hablar de herejía, ¿no es ya más que suficiente la negación de Bergoglio de la unicidad de la Fe católica para la salvación?

Ahora el obispo Viganò se ha negado a comparecer ante una “autoridad” que no reconoce como tal. Ciertamente el gesto ha sido fuerte, ¿pero queremos darnos cuenta de que la situación que estamos viviendo, que la Iglesia está viviendo, es absolutamente excepcional?

Todavía hoy recitamos el Símbolo de San Atanasio, que expresa el misterio de la Santísima Trinidad en la forma más clara y completa. Atanasio fue excomulgado dos veces, privado de su sede, perseguido. Pero nunca se rindió.

¿Qué debería haber hecho? ¿Permanecer en una Iglesia “visible” que estaba abrumada por el arrianismo?

En mi opinión, monseñor Viganò es una voz de coraje y claridad que el Señor nos ha dado, y que puede salvar muchas almas que se perderían en la maraña creada por Bergoglio.

Estamos, repito, en un período absolutamente excepcional, en el que valen muy poco las bellas discusiones sobre la jerarquía y sobre la Iglesia visible. La Iglesia católica no perecerá nunca, lo sabemos bien, nos lo dijo Nuestro Señor Jesucristo. Pero la bondad del árbol se reconoce por sus frutos, y desde hace demasiado tiempo llega de Roma la corrupción moral y espiritual, la negación de las verdades de la Fe.

Gracias, pues, a monseñor Viganò por su valentía y determinación. Como hizo en su tiempo el arzobispo Lefebvre, monseñor Viganò trabaja para salvar lo que se quiere destruir desde Roma. ¿Es casualidad que también se esté preparando el ataque final contra la Santa Misa en el Vetus Ordo?

Gracias a monseñor Carlo Maria Viganò, recemos por él y apoyémosle. Sin peros.

 

Publicado originalmente en Italiano el 3 de julio de 2024 por Marco Tosatti, en https://www.marcotosatti.com/2024/07/03/a-proposito-di-mons-vigano-della-chiesa-e-di-santatanasio-paolo-deotto/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

 

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