Fiducia supplicans y la porn*-teología: la culpa no es del cerdo, sino de quien le da de comer. Quarracino

17 Gennaio 2024 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, José Arturo Quarracino, a quien agradecemos de todo corazón, ofrece a vuestra atención este comentario sobre las recientes locuras vaticanas. Feliz lectura y compartir.

 

Fiducia supplicans y la porno-teología: la culpa no es del cerdo, sino de quien le da de comer

La infame Declaración homosexualista a favor de las bendiciones a parejas en situación irregular, elucubrada por el experto en besos y orgasmos y rechazada por la mayoría del mundo católico, sin embargo ha sido avalada por Jorge Mario Bergoglio, que en estos últimos días ha asumido su defensa, repitiendo los mismos “argumentos” justificadores, pero ilógicos e irracionales, del cardenal prefecto contra la Doctrina de la Fe. Quien es el vocero-marioneta del obispo de Roma, el verdadero padre del engendro blasfemo y herético: el patrón que alimenta al cerdo para difundir la basura con la que se alimenta.  

 

Como hemos mostrado en forma documentada en varios artículos anteriores, el pontificado de Jorge Mario Bergoglio se ha caracterizado por ser en realidad una capellanía al servicio del Nuevo Orden Mundial, contraria totalmente al mandato evangelizador de Nuestro Señor Jesucristo y absolutamente antagónico a la labor misionera de la Iglesia fundada por El.

Es que el obispo de Roma es el primer Papa en la historia de la Iglesia que ha llevado a cabo una labor de cancelación y anulación de la Revelación en su conjunto, deformando los textos bíblicos mediante interpretaciones falsas o inventando situaciones que sólo han existido en su imaginación; eliminando la Tradición -doctrinal y litúrgica- de la formación sacerdotal y de la vida laical e ignorando el bimilenario Magisterio eclesiástico para reemplazarlo pura y exclusivamente con su “magisterio actual”[1]. Es el primer Papa en la historia que gobierna en contra de la misión evangelizadora de la Iglesia, condenándola como “proselitismo”, ya que  para él la fe solo se debe irradiar para atraer, pero sin inculcarla y sin convertir a nadie. Y en especial a partir del último año, luego de la muerte de Benedicto XVI, es el primer Papa en la historia de la Iglesia que ha ejecutado un golpe de Estado contra el mismísimo Jesucristo, expulsándolo de los eventos especiales que organizó en ese periodo la Iglesia institucional: desde la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023, convocada oficialmente “no para un encuentro con Jesucristo, no como un encuentro de la Iglesia Católica, sino como un encuentro para que los jóvenes de distintas partes del mundo se reúnan y compartan sus experiencias de vida, más allá de su fe y creencias”[2], pasando por la descalificación blasfema de Nuestro Señor -acusado de “enfermo y prisionero de la rigidez y de los elementos teológicos, políticos y culturales dominantes de su tiempo”, “indiferente al sufrimiento, enojado e insensible; inquebrantablemente duro; teólogo sin misericordia; burlón e irrespetuoso; cegado por el nacionalismo y por el rigorismo teológico”, etc., por el jesuita mimado de don Jorge Mario, que promovió al hereje temerario premiándolo con un cargo en la curia vaticana[3]-, hasta llegar al tristemente recordado Sínodo sobre la Sinodalidad, que consistió en realidad en un encuentro de obispos, mezclado con laicos y con invitados especiales involucrados en el negocio de la inmigración ilegal, en el que se dejó de lado la presencia de Jesucristo[4] para reemplazarla por una dinámica jesuitoide de “conversar con el Espíritu”, lo cual llevó a la mayoría de sus asistentes a experimentar “un gran gozo y una gran alegría por haber conocido personas de otras latitudes con experiencias de vida desconocidas”, lo que produjo “sentimientos de fraternidad, hermandad y cercanía entre los participantes”, es decir, una asamblea de hermanos[5]. ¿Y la presencia del dueño de casa, es decir, de la Iglesia? Bien, gracias, no fue invitado.

La frutilla del postre de este banquete lleno de traiciones del obispo de Roma contra Jesucristo y su Iglesia la proporcionó la famosa Declaración blasfema de bendición para las parejas en situación irregular y para las parejas homosexuales, firmada por el “prefecto” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, de la cual don Jorge Mario se ha hecho cómplice. Documento oficial de la Santa Sede que en menos de 4 semanas se ha ganado el repudio y el rechazo de la totalidad de las Conferencias Episcopales de África -en estas últimas décadas el continente mártir-, de episcopados de Europa Oriental, de América latina y de Estados Unidos, y por Confraternidades Sacerdotales de Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, además de cardenales, obispos y laicos de probada y acrisolada vida cristiana como Dios manda. Primera vez en la historia que un documento oficial de la Santa Sede avalada por un Sumo Pontífice es rechazado en forma masiva por una gran mayoría de creyentes de todo el mundo, lo cual demuestra que en esta cuestión tan delicada el obispo de Roma se ha situado fuera de la comunión con la Iglesia Católica, ya que ha quebrantado la infalibilidad in credendo, pilar de la infalibilidad pontificia que goza un Papa en materia de fe y costumbres.

La prueba de que en realidad el padre intelectual de esta maniobra pro-homosexual del porno-teólogo cardenal Tucho es el mismísimo Jorge Mario Bergoglio la ha proporcionado este último, al repetir en su encuentro con el clero romano en la Basílica de San Juan de Letrán el 13 de enero los mismos argumentos expresados por el ya famoso especialista en besos y orgasmos “místicos y eróticos”, queriendo justificar sus arrebatos seudo teológicos que parecen sublimar sus pulsiones sexuales propios de un adolescente tardío e inmaduro, como él mismo se reconoció. ¿Cuáles fueron esos argumentos bergoglianos, repitiendo las “explicaciones” del porno-cardenal? Según el sitio oficial web Vatican News, el pontífice afirmó que la “bendición de las parejas del mismo sexo […] no cambia la doctrina sobre el sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer. Se bendice a las personas, no al pecado”, luego de lo cual dijo que “la cultura de África no acepta estas bendiciones porque hay sensibilidades diferentes”[6].

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¿Cómo se explica esta locura bergogliana mezclada con soberbia, que es lo que la justifica? Según nuestra humilde convicción, es que el mismo Bergoglio “renunció” informalmente, pero en forma pública, a su munus petrino de Vicario de Cristo y de Siervo de los Siervos de Dios, como lo manifestó en abril de 2020, con la publicación del Anuario Pontificio, presentándose simplemente como Jorge Mario Bergoglio (no como Francisco), y desechando los caracteres pontificios mencionados -junto con otros más- como “títulos históricos”, títulos del pasado ya sin vigencia. Desde entonces, Jorge Mario Bergoglio, como papa Francisco, dejo de representar a Cristo en la tierra, por propia voluntad suya. Renunció a esos caracteres papales para poder formular “novedades y evoluciones” -como la normalización y carta de ciudadanía de la homosexualidad en la Iglesia- por encima y más allá de la Tradición, de la Sagrada Escritura y del Magisterio, más allá de Cristo resucitado. Y en mayo del año pasado completó esa inicial expulsión de Jesucristo de la vida de la Iglesia, atribuyéndose a si mismo poderes divinos en el ejercicio del gobierno de la Iglesia, un invento total, ya que ningún Papa en la historia se pretendió “divino” ni se autopercibió con poderes divinos gubernamentales, ni se sintió llamado por quién sabe quién para ejercer poderes soberanos sobre el Estado vaticano en virtud del munus petrino, el cual solo tiene como ámbito de ejercicio el espiritual y doctrinal, por mandato de Cristo mismo[7]. Esta autopercepción “divina” del gobierno bergogliano es lo que le ha permitido, por puro capricho, proteger judicial y canónicamente a abusadores sexuales como Theodore McCarrick, los obispos Gustavo Oscar Zanchetta (Argentina), Juan José Pineda Fasquelle (Honduras), o al depredador sexual jesuita Marko Ivan Rupnik (Eslovenia), o a destituir obispos sin causa justificada como Joseph Edward Strickland (Estados Unidos), Daniel Fernández Torres (Puerto Rico), etc.

En definitiva, un monarca absolutista que se auto percibe dotado de poderes divinos también para las cuestiones temporales, como un faraón egipcio. Un monarca absolutista -ya no Vicario de Cristo- que puede aliarse con la baronesa Lynn Forester de Rothschild (Concejo para el Capitalismo Inclusivo), hablar a favor de la Agenda 2030, promover el veneno génico fabricado por la multinacional Pfizer (lanzado al mercado sin tener certeza de sus efectos inmediatos y a largo plazo), gestionar que presidentes latinoamericanos se reúnan con George Soros, etc.

En síntesis: un operador político, no un Papa petrino, que se permite inventar a un mediocre como teólogo “excepcional” para promoverlo quizás como sucesor de sus delirios divinos “creativos e innovadores”, contra la Revelación y, en ultima instancia, contra Nuestro Señor Jesucristo, el Resucitado, hoy ausente de la vida de la Iglesia institucional, pero cada vez más presente en el pueblo fiel de Dios, al que un lacayo del jesuitismo “open society” pretende someterlo a la agenda globalista, antihumana, anticristiana, depredadora y genocida del Nuevo Orden Mundial.

 

José Arturo Quarracino

15 de enero de 2024

 


[1] “Carta del Papa Francisco al nuevo Prefecto de la Fe”, 1 de julio de 2023.

[2] Ver detalles de esta expulsión de Jesucristo en la JMJ 2023 en https://gloria.tv/post/guVLJnNHMKc42PhfHDBDWNVUa.

[3] Análisis del arzobispo Carlo Maria Vigano de esta blasfemia jesuítica avalada por Bergoglio en https://gloria.tv/post/ymFCg8LpBtjx1twgptaGPYcT.  

[4] En el Instrumentum Laboris para el Sínodo sobre la Sinodalidad Nuestro Señor Jesucristo es mencionado solamente dos veces, la primera en un cita de la Carta a los Romanos (15, 5-6) y la segunda en un pasaje que afirma “en el nombre de Jesucristo”. Es decir, ausencia total de Jesucristo en el Sínodo. A Jesús se lo menciona 8 veces, pero en forma aleatoria, no como presencia real y central.

[5] “En este Informe de síntesis hemos recogido los principales elementos que surgieron del diálogo, de la oración y de la discusión que caracterizaron estos días. Nuestras historias personales enriquecerán esta síntesis con el tono de la experiencia vivida, que ninguna página puede transmitir. Así podremos testimoniarles cuán ricos fueron los momentos de silencio y de escucha, de compartir y de oración. También compartiremos que no es fácil escuchar ideas diferentes sin ceder inmediatamente a la tentación de responder; ofrecer la propia contribución como un don para los demás y no como una certeza absoluta”, en pagina 4: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2023/10/28/0751/01653.pdf. Hay 28 citas de Jesús, pero todas en tiempo pasado, ya que no ha estado presente en forma central. A Jesucristo se lo menciona 6 veces, pero en forma secundaria. Pero 8 veces se habla de la “conversación en el Espíritu”, en la que nunca se encuentra a Jesucristo, sino a la “voz de Dios” sin Jesucristo. En realidad, la “conversación en el Espíritu” consiste en un “ejercicio ascético exigente, que obliga a cada uno a reconocer los propios límites y la parcialidad del propio punto de vista. Por eso abre una posibilidad a la escucha de la voz del Espíritu de Dios que habla también más allá de los limites de la pertenencia eclesial y puede poner en movimiento un camino de cambio y de conversión”, id, p. 29. Sutilmente, habla del “Espíritu de Dios”, no del Dios que habla a través de Jesucristo.

[6] En https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-01/el-papa-a-los-sacerdotes-de-roma-estamos-en-tierra-de-mision.html. Como se puede apreciar, don Bergoglio repite en forma hipócrita el sinsentido esgrimido por Tucho Fernández: dice que se bendice a las personas, no al pecado”, cuando la misma Declaración sostiene que la bendición es para las “parejas homosexuales”, es decir, las que están en situación de pecado, se bendice la unión pecaminosa, no a los miembros en su individualidad.  

[7] “Chiamato ad esercitare in forza del munus petrino poteri sovrani anche sullo Stato della Città del Vaticano, che il Trattato lateranense ha posto come strumento per assicurare alla Santa Sede l’assoluta e visibile indipendenza e per garantirle la sovranità anche nel campo internazionale […]” [Llamado a ejercer poderes soberanos en virtud del munus petrino también sobre el Estado de la Ciudad del Vaticano, que el Tratado de Letrán ha colocado como instrumento para asegurar la independencia absoluta y visible de la Santa Sede y garantizar su soberanía también en el ámbito internacional. (…)], 13 de mayo de 2023, en Legge Fondamentale dello Stato della Città del Vaticano (13 maggio 2023) | Francesco

Legge Fondamentale dello Stato della Città del Vaticano (13 maggio 2023)…

Legge Fondamentale dello Stato della Città del Vaticano (13 maggio 2023)

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