Pastoral, pastoral… cuántos delitos se cometen en tu nombre. Porfiri
6 Gennaio 2024
Marco Tosatti
Estimados StilumCuriales, el maestro Aurelio Porfiri ofrece a vuestra atención estas reflexiones sobre un término que en los últimos años -los últimos diez, en particular…- ha sido usado, abusado e hiper abusado. Como un passe-partout, escribe el maestro Porfiri; pero a veces parece más bien una ganzúa… Buena lectura y difusión.
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La pastoral como un se permite cualquier cosa
“Pastoral” es una de las expresiones que más se escucha en estos últimos años. Se adoptan “motivos pastorales” para justificar algunas iniciativas en el ámbito eclesial, como hemos visto en Fiducia supplicans. Los “motivos pastorales” están detrás también de muchos cambios en la liturgia y en la música sacra. Casi parece que la pastoral se ha convertido en una especie de passepartout para para poder hacer pasar cualquier cosa. Al fin y al cabo, uno de los centros más importantes para la renovación litúrgica, el Centro de Pastoral Litúrgica francés, fundado en 1943, incluyo precisamente esta palabra en el nombre, indicando así una línea de acción.
De hecho, la pastoral es un elemento importante en la acción eclesial, es el modo en que el dogma y la teología consiguiente se traducen en acciones concretas a favor de los fieles. Es el modo en que se traduce la doctrina para el mundo. Si reflexionamos sobre esto, tenemos bien en claro cómo la doctrina (dogma, Escritura, teología, tradición…) precede a la pastoral y la informa. Es decir, la pastoral es el desarrollo concreto de los elementos doctrinales. En la liturgia la “pastoral” que se ha aplicado en muchos puntos ha negado la verdadera doctrina, buscando un encuentro acrítico con el mundo que no ha producido ningún resultado positivo, sino que ha hecho que la liturgia sea irreconocible.
Siempre digo que son precisamente los que apoyan en el Vaticano II y en su espíritu auténtico quienes deberían protestar enérgicamente contra la forma en que se ha desfigurado la liturgia, pero estas protestas me parecen siempre demasiado débiles. Lo que hemos presenciado y lo que aún presenciamos no es el buen uso de la pastoral, sino su perversión, es utilizar la pastoral como “palabra talismán” según enseñó Plinio Corrêa de Oliveira, para hacerla útil para todo uso.
Veamos Fiducia Supplicans en el punto 12: ““Se debe también evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones solo a este punto de vista [es decir, a la conformidad con la ley de Dios], porque nos llevaría a pretender, para una simple bendición, las mismas condiciones morales que se piden para la recepción de los sacramentos. Este riesgo exige que se amplíe más esta perspectiva. De hecho, existe el peligro que un gesto pastoral, tan querido y difundido, se someta a demasiados requisitos morales previos que, bajo la pretensión de control, podrían eclipsar la fuerza incondicional del amor de Dios en la que se basa el gesto de la bendición”. ¿Pero qué se quiere decir en este caso, que se puede desvincular un “gesto pastoral” de la obediencia a la ley de Dios? Es obvio que la preocupación pastoral de la Iglesia debe dirigirse a todos, para que nadie se sienta excluido, pero ello con vistas a su propia conversión, sin hacer creer al pecador que el pecado en el que se encuentra es de algún modo aprobado por el autoridad de la Iglesia. La mejor misericordia es ciertamente la justicia, es saber qué es justo y que no lo es, y esto se aplica a mí (incluso un pecador) como a todos aquéllos que se encuentran combatiendo el pecado. La pastoral debe ser un modo para escapar del pecado, no de dejar al pecador dentro de él.
De esta manera, y esto me parece aún más terrible, parece crearse una dicotomía entre la pastoral y la doctrina, es decir, la pastoral puede bendecir lo que la doctrina rechaza. Como ya hemos dicho, hemos visto esto en la liturgia y en la música sacra, en las que bajo el pretexto de “razones pastorales” se han negado muchas cosas que en realidad se pedían en los documentos del Concilio, estoy pensando en el uso del latín, en el canto gregoriano, en el uso del órgano y muchas cosas más.
Esta ambigüedad, y lo digo precisamente en sentido pastoral, no hace bien a los fieles, a quienes se les hace creer que está bien lo que en realidad está mal. Como se mencionó, una cosa es prestar atención al sufrimiento humano y a las miserias humanas de todo tipo, pero otra cosa es fallar en el rol de anunciar al hombre la Verdad sobre sí mismo y en su relación con Dios.
Publicado originalmente en italiano el 5 de enero de 2024, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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Categoria: Generale
Ars est artium regimen animarum. Así escribió San Gregorio Magno al principio de la Regula Pastoralis. Y ese era, en, efecto, el propósito del Bienaventurado Papa Juan XXIII al convocar el Concilio Vaticano II. Porque la Pastoral es la más difícil de todas las tareas. Porque hay que corregir al desviado, animar al decaído, refrenar al imprudente. En resumen, cumplir el encargo del Señor a San Pedro: PASCE OVES MEAS. En cambio, tal vez Bergoglio está muy ocupado en cumplir “otros encargos”.