No a los masones católicos. Bergoglio protege a la masonería de la Iglesia   

17 Novembre 2023 Pubblicato da

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, Mastro Titta llama vuestra atención respecto a este comentario sobre una noticia reciente comunicada por fuentes vaticanas. Feliz lectura y compartir.

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MASTRO TITTA: MALAS NOTICIAS DESDE EL FRENTE ECUMÉNICO. EL CATOLICO MASON SIGUE CONFINADO

 

Noticia terrible. El catolicismo y la masonería siguen siendo irreconciliables. Un obispo filipino preguntó al Papa si esto sigue siendo así. Y Francisco reitera con un suspiro que sí: lamentablemente sigue siendo así. Por el momento. Necesitamos ser pacientes. Ese gran desastre de Dios creó el mundo en seis días, Bergoglio tardará unos años más en rehacerlo. Al enterarse de las malas noticias sobre la masonería, el cardenal Ravasi, el de la carta a los queridos hermanos masones, tuvo una crisis de hipoglucemia.

Es interesante la aclaración de la nota del Dicasterio: “Estas medidas se aplican también a los eventuales eclesiásticos inscritos en la masonería”.

También. Eventuales. Creo que hay más espacio en el restaurante Mortara-Milano Porta Genova en una hora pico que el que ocupan los queridos hermanos no masones en el Vaticano, pero es cosa mía.

Dicho así, parece que la Iglesia que está abierta a todos, a todos, a todos, no lo está para nuestros queridos hermanos masones. Una contradicción insoportable. Después de todo, los albergues no están abiertos precisamente a todos, todos, todos. Sociedad abierta, iglesia abierta, logias cerradas. No hay simetría. Un católico pobre en la logia no. Un obispo, un cardenal, tal vez un Papa.

Como siempre, para entender hay que mirar mejor. Décadas de ecumenismo roto no pueden desperdiciarse a la ligera. El Gran Maestro Raffi ya lo había dicho el 14 de marzo de 2013: “Con el Papa Francisco, nada será igual que antes“. ¿Dónde he escuchado antes esta hermosa fórmula?

Siete años y una semana antes del grito de batalla de la pandemia, mientras la Iglesia como hospital de campaña hacía pasar a la Misericordina a la espera de la vacuna, acto de amor y luz de esperanza para todos, así saludó el gran maestro al hermano Francisco. Al fin y al cabo, este pontificado es la pandemia imaginaria de la Iglesia Católica. No necesitas a Sherlock Holmes para entenderlo. Sólo al comisario Basettoni, y sin llamar a Mickey Mouse.

El hecho es que el católico, que por lo general no brilla por su perspicacia investigadora, repasa el concierto de elogios que todas -y quiero decir todas- las principales logias del mundo derramaron sobre Francisco la misma noche de las elección, se da cuenta que ni  siquiera el premio Nobel de la paz basado en la confianza en el presidente más bombardero de todos los tiempos, Obama, ha despertado un entusiasmo similar.

El católico tonto, decía, lo repasa todo y lee que Bergoglio reiteró la incompatibilidad entre Iglesia y Masonería y pensando que es vino suelto: ¡ah, pero es Ronco! Se ve que Bergoglio respeta la tradición, no cambia la doctrina, aquí habla cla-ra-mente, masones no, no, no. No estamos aquí para pulir muñecas de plástico.

Querido hermano católico, no has captado el gusto de ningún queso fermentado en fosas: se te escapa en masa todo el corpus doctrinal de la industria láctea.

Bergoglio no está protegiendo a la Iglesia de la masonería: está protegiendo a la masonería de la Iglesia. Ha descerrajado las puertas de la Iglesia -por si a algún impío se le ocurriera volver a cerrarlas mañana- y ha puesto doble cerrojo a las de la logia.

En otras palabras, los queridos hermanos masones no quieren hermanos tontos en sus hornos. Eso es todo. Y Francisco, el Papa parlanchín, lo garantiza. No quiera el cielo que a la cabeza de las [Instrucciones Permanentes de la] Alta Vendita -ya extinta- los queridos hermanos masones se encuentren un día con un Papa, Dios no lo quiera, católico. Mejor no arriesgarse.

Da un poco de pena. El Vaticano está atestado de homosexuales masones clandestinos que no pueden casarse ni iniciarse en los misterios a la luz del día. Así como la masonería sigue inhibida para las mujeres, en una época tan sexualmente caleidoscópica como la nuestra, las queridas hermanas masonas de más allá del Tíber son un elegante compromiso.

Queridos hermanos católicos, rezad para que los queridos masones les abran las puertas del infierno, en lugar de contentarse con exhibirlas en la antigua residencia papal del Quirinal. No piensen que pueden condenar sus almas gratuitamente.

Si no, salgan del sepulcro de lamentable buenismo fideísta que han cavado en el cristal con las uñas (es el Papa, lo eligió el Espíritu Santo, caramba) y vayan a tomar una bocanada de aire frío y cortante, pero saludable.

 

Publicado originalmente en Italiano el 16 de noviembre de 2023, en https://www.marcotosatti.com/2023/11/16/no-ai-massoni-cattolici-bergoglio-protegge-la-massoneria-dalla-chiesa/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

 

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1 commento

  • Terminus ha detto:

    Pas du tout gêné, le gaillard !
    Il est connu comme étant membre du Rotary Club de Buenos Aire qui est une sphère maçonnique.