Menos hijos y menos carne para el planeta. El Vaticano llama a Foer, gurú ecológico…
12 Ottobre 2023
Marco Tosatti
Muy estimados Stilum Curiales, ofrecemos a vuestra atención este artículo aparecido en La Testa del Serpente, que agradecemos de corazón por la cortesía. Feliz lectura y difusión.
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Menos hijos para salvar el planeta. Llega Foer al Vaticano
La forma en que se afronta la llamada “crisis climática” en el Vaticano vuelve a ser motivo de preocupación. El nuevo documento Laudate Deum prohíbe cualquier duda no solo respecto a la tesis sobre el origen antrópico del calentamiento global, poniendo fin a todo debate científico, sino aparentemente para preservar el planeta de la catástrofe inminente, se legitiman ideas y soluciones que contrastan con lo que la Iglesia ha creído y anunciado hasta ahora.
En ocasión de la publicación de la Exhortación Apostólica Laudate Deum el Vaticano organizó una conferencia de prensa en la que intervinieron diferentes personalidades totalmente ajenas a nuestro modo de vivir, de pensar y de creer.
Entre ellas está la activista india y vegetariana Vandana Shiva, el gastrónomo y activista Carlo Petrini (que presume un libro con el Papa, quien lo definió como un “agnóstico piadoso”), al igual que la activista alemana Luisa Neubauer, del partido político Verde, “coach” de Greta Thunberg y promotora de las huelgas escolares de los viernes. Esta también el profesor Giorgio Parisi, quien en 2008 le impidió al papa Benedicto XVI que pronunciara una conferencia en la Universidad La Sapienza, de Roma.
Pero la presencia más inquietante fue la del escritor Jonathan Foer (convertido en “vegetariano por respeto a los derechos de los animales”). Presentado en la conferencia del Vaticano como “escritor”, Foer es autor de varios ensayos y novelas. En uno de sus últimos libros anuncia reglas prácticas para salvar al planeta. De hecho, afirma que es nuestro comportamiento diario el que compromete el medio ambiente. Por lo tanto, es urgente cambiar nuestra forma de vida y, para ello, ¡por qué no! – también se puede lograr a través de reglas y leyes impuestas por los Estados (como sucedió con el tabaco, afirma, se puede hacer aumentando el precio de la carne para hacerla poco atractiva para la mayoría… o para los más pobres). Pero volviendo a las reglas prácticas, el autor afirma que existen tres reglas básicas:
1) Utilizar menos el automóvil y el avión
2) Tener menos hijos
3) Comer menos carne
Aparte de la difícil cuantificación del “menos” hasta que las leyes específicas vengan en nuestro rescate (para la máquina del menos ya nos estamos preparando, ahora también con el apoyo del magisterio papal). Imaginemos que el señor Foer ha llegado de Nueva York en velero, pero no vamos a ponernos aquí a sindicar ni a moralizar sobre cómo Foer pone en práctica sus buenos consejos (él mismo reconoce que tiene dificultades pero que se esfuerza). La idea de que este joven escritor haya sido amablemente invitado al Vaticano para ofrecernos -a los pecadores ecológicos- una guía práctica para salvarnos hace estremecer.
Por supuesto, sería una tontería creer que el Sr. Foer vendrá al Vaticano y dirá que hay que tener menos hijos. Él hablará de lo que es agradable a los anfitriones (ya en el pasado Francisco invitó públicamente a los jóvenes a comer menos filetes) y dejará de lado los temas más espinosos y controvertidos que contradicen de forma más flagrante la doctrina bíblica y el Magisterio sobre la familia.
Entre otras cosas porque la propuesta tendría graves repercusiones en el campo de la ética si se piensa en una auto absolución moral del aborto o en una justificación ecológica del invierno demográfico que vive la sociedad occidental, apuntando a una noble causa superior.
Ya sabemos por experiencia que tener una familia numerosa hoy en día (bueno, digamos a partir de 1968) está mal visto. Quienes tienen muchos hijos son considerados personas de bajo nivel intelectual y cultural, necesariamente pobres, o tan ricos que se lo pueden permitir. Tampoco está bien visto en el Vaticano: tener muchos hijos es una afrenta, una exageración, una actitud irresponsable que a menudo es fruto de una lectura “fundamentalista” de la Humanae Vitae, lectura típica de algunos movimientos excesivamente conservadores.
Pero hoy se agrega a este “sentir” el “pecado ecológico” como un pesado peñasco. Tener muchos hijos contamina y contribuye al ‘desmoronamiento’ del planeta. Más emisiones, menos recursos para todos. Esto lo han dicho y repetido los periódicos laicos, reiterado en las conferencias ecológicas y explicado en los libros de Foer. Pero ahora es la Iglesia la que, en su nueva versión ecologista, declara la guerra a los contaminadores seriales. Los que tienen muchos hijos contaminan no sólo porque cada hijo respira (y a su vez contamina), sino también porque producen más residuos, consumen más electricidad y más calefacción, necesitan casas más grandes y un coche lo bastante grande para transportar a toda la familia. En consecuencia, ¿cómo se concilia este grave “pecado ecológico” con la apertura a la vida que manifiesta (¿o manifestaba?) la colaboración entre Dios y el hombre en el acto creador, siempre nuevo y signo del amor del Creador?
Pecado que entre los recientes Dubia presentados por los cardenales en la vigilia del Sínodo sinodal sobre la sinodalidad no se plantea la cuestión de “si tener muchos hijos (cuando es posible) sigue siendo deseable”, siguiendo el Magisterio de la Iglesia, o es necesario “tener menos” para salvar el planeta? Una duda que se añade a las del Sínodo, pero que está conectada con las ya expresadas, porque si las uniones homosexuales pueden ser bendecidas, se sobreentiende que tendrán un impacto medioambiental menos fuerte y menos destructivo que el generado por una familia hetero numerosa, ya que no pueden procrear por naturaleza sino sólo por procuración. Un dubio al que el Vaticano parece haber respondido muy elocuentemente con la invitación de Foer a la conferencia sobre Laudate Deum, sobre la llamada “Crisis climática”.
Publicado originalmente en Italiano el 6 de octubre de 2023, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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