Carmelo de Arlington, Viganò: he aquí la prueba de la inocencia de la Priora
30 Agosto 2023
Marco Tosatti
Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, recibimos y publicamos con gusto esta declaración del arzobispo Carlo Maria Viganò. Feliz lectura y difusión.
§§§
DECLARACION
de S. E. Carlo Maria Viganò
en defensa de la Reverenda Madre Priora, Teresa Agnes, o. c. d.
y del Carmelo de la Santisima Trinità, de Arlington, Texas
La persecución del Carmelo de Arlington por parte de monseñor Michael Fors Olson, obispo de Fort Worth, no muestra signos de aplacarse.
Hemos sido testigos de un crescendo de agresión, violencias verbales, abuso de poder, encubrimientos institucionales, intimidaciones y ultrajes contra una Comunidad religiosa firmemente decidida a regresar a la Tradición. La víctima designada de esta vil operación es la Madre Priora, Teresa Inés de Jesús Crucificado, difamada públicamente despreciando todo principio jurídico y moral, contra la justicia, la verdad y la caridad. Las violaciones son múltiples y flagrantes, y son su escandalosa evidencia que socava el castillo de acusaciones infundadas, construido por la mente de Olson.
Me gustaría que quede claro: el comportamiento del obispo de Fort Worth en este caso concreto no debe evaluarse sólo en sí mismo, sino también en los motivos que lo han determinado y en los objetivos que persigue. No debemos limitarnos a una consideración aséptica de su rol como Comisario Pontificio, sino comprender cómo la elección del Dicasterio para los Religiosos de nombrar a Olson Comisario es completamente aberrante, ya que el propio Olson está directamente involucrado en el asunto. Este nombramiento revela la mala fe del prefecto Braz de Aviz y del secretario Carballo.
Un nuevo elemento, que he tenido recientemente en mis manos, anula totalmente el teorema de Olson. He tenido copia de la carta que el neurólogo que atiende a la Madre Priora desde 2020 envió al nuncio apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre. En esta carta el especialista, después de haber enumerado las intervenciones y terapias a las que está sometida la Madre Teresa Agnes, declara la imposibilidad para la Priora de cumplir materialmente las faltas que la acusa Olson, y al mismo tiempo da testimonio del estado de extremo sufrimiento físico, y de alteración psíquica inducidos por tratamientos y analgésicos en relación con el interrogatorio de la Madre, que invalidan la fiabilidad de lo que ella “confesó”, sobre todo en una situación de violencia verbal y presión psicológica por parte del obispo, confirmada por la Hermana que asiste a la Priora. Tenemos, pues, la prueba del ensañamiento de Olson contra la Madre Priora y de la falta de fundamento, no sólo formal, sino sustancial, de sus acusaciones difamatorias.
Sin querer repetir todas las observaciones hechas en mi declaración del pasado 24 de junio (aquí), quisiera sin embargo recordar tener presente que nos encontramos frente a un caso emblemático de persecución canónica: el fumus persecutionis aflora en su evidencia en una serie de violaciones que es necesario recordar y que constituyen un crimen sin precedentes perpetrado por el obispo Olson contra la Madre Teresa Agnes y el Carmelo de Arlington.
1. Olson ha abusado de su condición de Ordinario diocesano, interfiriendo en la jurisdicción de un monasterio sui juris, exento de su jurisdicción, sujeto directamente a la Sede Apostólica. Este abuso se materializó en una acción persecutoria, intimidatoria y gravemente difamatoria contra la Madre Priora Teresa Agnes, acusada sin ninguna investigación y sin escuchar a testigos, de haber faltado al voto de castidad al pecar con una persona, que Olson sólo confirmó más tarde identificada con un sacerdote de otra diócesis.
2. La segunda violación gravísima consistió en haber divulgado a los periodistas la grabación de la supuesta “confesión” de la Madre Teresa Agnes, durante la fase preliminar del proceso civil por difamación, iniciado por la Priora contra el obispo. Divulgación que el Juez nunca debería haber autorizado, máxime porque no había sido sometida a ninguna verificación técnica para comprobar que no había sido manipulada. En esa circunstancia, el magistrado fue llamado a evaluar si el asunto Arlington entraba dentro de la competencia del tribunal civil o eclesiástico, y no para recolectar supuestas pruebas de culpabilidad por un delito canónico; pruebas recogidas violando las leyes civiles y eclesiásticas, extorsionándolas a una monja postrada física y mentalmente a causa de repetidas intervenciones quirúrgicas y fuertes terapias analgésicas, como para poner en peligro la capacidad de comprender y querer de la Religiosa.
3. La tercera anomalía es el pronunciamiento del Juez que, al declarar que el tribunal civil no es competente, violó los derechos sancionados por la Constitución americana, atribuyendo a un clérigo privilegios de los que no disfruta a los ojos de la ley de Estados Unidos de América. Atención: el Juez no ha establecido que la inspección canónica ordenada por la Santa Sede, con la que Olson es nombrado Comisario Pontificio, sea competencia del Foro Eclesiástico, algo que nadie ha cuestionado. Lo que ha decidido el juez es que la acusación difamatoria difundida por Olson contra la Madre Teresa Agnes y la decisión arbitraria e ilegítima de secuestrarle su ordenador, iPad y teléfono móvil para inspeccionar su contenido confidencial no puede ser juzgada por el tribunal civil, como si un prelado pudiese violar la ley estadounidense por el solo hecho que la víctima es una monja y ambos son miembros de la Iglesia Católica.
4. El cuarto elemento es la ausencia de investigaciones e interrogatorios para verificar la fiabilidad de las acusaciones. El Código de Derecho Canónico establece que los hechos expuestos en forma de “confesión” o “autoacusación” deben ser examinados y probados, precisamente para evitar que una confesión fruto de una extorsión permita condenar a una persona inocente. Por otra parte, es difícil pensar que el autor de una calumnia tenga algún interés en demostrar su falta de fundamentos, lo que habría resultado evidente aunque sólo fuera indicando el lugar, la fecha, la hora y los eventuales testigos de los hechos controvertidos. Además, una investigación habría desmantelado esas acusaciones difamatorias, poniendo fin a las torturas a las que Olson sometió a la Madre Teresa Agnes, mientras que el objetivo de este indigno obispo era precisamente el de postrarla psicológicamente, agravando en consecuencia su estado de salud, exasperándola hasta extorsionarla para que admitiera la culpabilidad de la que la acusaba, a fin de poner fin a esta tortura. La Madre Teresa Agnes también se vio obligada a posponer una cita con un cirujano por un doloroso tumor en la columna (que resultó ser benigno), que esperaba curar en los días posteriores a la redada de Olson en el Carmelo.
5. Quinta anomalía: el silencio absoluto sobre el presunto cómplice del delito, el Padre X. No parece que haya sido interrogado ni que exista informe verbal enviado al defensor de la Priora como exige el Código de Derecho Canónico. Y no parece que la acusación de haber violado el voto de castidad haya dado lugar al desembolso de alguna sanción canónica contra él. Una manera de proceder completamente misógina la de Olson: ¡se ha mostrado dispuesto a perdonar el pecado de un sacerdote con una monja, pero no el de una monja con un sacerdote! Y si por un lado ni siquiera quiso escuchar al presunto cómplice del delito, por otro consideraba la “confesión” extraída a la Madre Teresa Agnes como la prueba principal, mientras que significativamente estaba -en dos circunstancias diferentes y con personas diferentes-, siempre disminuida por una operación y bajo la influencia de analgésicos fuertes. ¿Es posible que Olson no haya logrado encontrar un día para interrogar a la Priora cuando estaba compos sui? ¿Tenía miedo de que no se dejaría impresionar por sus agresiones verbales y amenazas vulgares? Cabe recordar que, durante esos interrogatorios, la actitud violenta e intimidatoria de Olson emerge en una forma bastante desconcertante.
6. Sexta irregularidad: el uso ilegítimo de una presunta (no registrada) “confesión” que la Madre Priora supuestamente hizo al vicario general Jonathan C. Wallis -persona que hasta entonces gozaba de la confianza de la Madre Priora– que fue a visitarla en los días inmediatamente previos a la Navidad de 2022. La Madre Teresa Agnes sufría dolores extremos y estaba bajo el efecto de narcóticos después de ser dada de alta del hospital donde fue operada bajo anestesia general. Estaba en un estado tan alterado que todo lo que ella dijera no era confiable. Para comprender la situación, basta recordar que la Madre Priora, en el caos provocado por las terapias y por un reciente ataque epiléptico, ya había confiado a su asistente, sor Francis Therese, el tormento, provocado por las alucinaciones, de haber pecado. contra la castidad -y quizás de haber quedado embarazada- con el Padre, que en cambio sólo había contactado a la Madre con un SMS (mensaje de texto). En aquella ocasión, la Madre Priora, en gravísimas condiciones físicas y mentales, y bajo los efectos de drogas con efectos alucinógenos, escribió algo inapropiado. Estas alucinaciones quedan desmentidas por el hecho de que el sacerdote en cuestión nunca ha puesto pie en el Carmelo de Arlington ni nunca conoció a la Madre Priora, además siempre acompañada por la monja asistente. Además, no se sabe si estas “confidencias” recogidas por el vicario general fueron arrancadas después por Olson o si fue él mismo quien se las reveló al obispo, en un acto de infame complicidad.
Permítanme señalar que tengo en mi poder el historial médico de la Madre Teresa Agnes, la larga lista de medicamentos que le administraron (¡incluso Fentanilo!), y también he tenido conocimiento de la secuencia de errores cometidos en su tratamiento, con consecuencias devastadoras para el organismo de la paciente.
7. Séptima violación: Olson convoca a las Monjas y les informa de las acusaciones formuladas contra su Priora, en violación de los graves deberes de confidencialidad y protección de la acusada. El obispo se muestra agresivo también con ellas, llegando incluso a amenazarlas con la exclaustración si no obedecen sus órdenes. Olson impone a la Priora permanecer confinada en la enfermería con la prohibición de comunicarse con las Hermanas y de utilizar el teléfono. Además, en una comunicación enviada a todo el clero diocesano, Olson divulga las acusaciones difamatorias contra la Madre Teresa Agnes y prohíbe a cualquier sacerdote celebrar Misa en el Carmelo, visitar o comunicarse de cualquier manera con las monjas.
8. La octava violación consiste en la manipulación de la grabación divulgada a la prensa durante la audiencia judicial. De hecho, se supo que esa grabación fue cortada y editada por Olson, para que su contenido pudiera confirmar sus falsas acusaciones. Además, cabe recordar que dicha grabación, por la forma en que fue obtenida, viola las protecciones de la imputada, al no redactar la transcripción verbalizada y no entregar copia a la acusada. Dicha grabación es inadmisible como prueba tanto en procesos eclesiásticos como civiles, no sólo por una cuestión puramente procesal, sino porque la testigo no estaba en condiciones de prestar testimonio, ya que se encontraba alterada física y mentalmente y sometida a presiones muy fuertes por parte del obispo. Incluso sor Francis Therese, la monja asistente de la Priora, a pesar de estar en condiciones de comprender y querer, fue presionada por el obispo e inducida mediante violencia verbal para confirmar la “confesión” que la Madre, en el delirio inducido por las drogas, le había confiado.
Todo lo que se ha enumerado hasta ahora tuvo lugar antes de que Olson fuera nombrado Comisionado Pontificio. Se trata de graves violaciones del Derecho Canónico y de delitos castigados por el Estado de Texas, como la difamación, la difusión de información sensible, el abuso de poder, la violación de la propiedad privada y la incautación de dispositivos electrónicos.
El Ordinario de Fort Worth ha cometido actos ilegítimos y penalmente relevantes: injerencia en la jurisdicción del Carmelo (prohibida por el estado sui juris del Monasterio), intromisión en las cuestiones disciplinarias de las Religiosas (prohibida por una reciente enmienda al CDC por parte de Bergoglio) , difamación de una monja con acusaciones calumniosas que Olson supo desde el principio que eran totalmente falsas.
9. La novena anomalía consiste en el nombramiento de monseñor Olson como Comisario Pontificio por el Dicasterio para los Religiosos, emitido el 31 de mayo de 2023, con el ya habitual número de protocolo anómalo (2566/2020), en el cual no se enumeran las cuestiones críticas que determinaron la Visita Apostólica ni las áreas de investigación del Comisario. ¿Con qué descaro el dúo Braz de Aviz & Carballo nombró al obispo Olson como Comisario Pontificio, remediando incluso los abusos que había cometido antes de ese nombramiento, cuando él mismo es el artífice de gravísimas violaciones y delitos perpetrados contra el Carmelo de Arlington y contra la persona de la Madre Priora?
10. A esta anomalía se suma una décima: desde hace años los fieles de la diócesis de Fort Worth piden al Nuncio Apostólico que intervenga en Roma para que sea removido monseñor Olson, acusado de abusos graves y comportamientos aberrantes. En la lista de acusaciones elaborada por los promotores de una suscripción popular, podemos encontrar la misma dinámica adoptada en el caso de Arlington, desde la intimidación hasta las agresiones, desde el desprecio hacia las religiosas hasta el uso de sistemas autoritarios para imponer su propia voluntad contra el Derecho y contra la Justicia. Con semejante historial de malversaciones y abusos, ¿cómo es posible no ver en la acción de Olson la repetición de comportamientos anteriores? ¿Y cómo se le puede considerar imparcial y dotado de las virtudes de equidad y sabiduría para desempeñar concienzudamente el rol de Comisario pontificio?
Como mencioné al inicio de esta declaración, me entregaron personalmente la carta que el Dr. Robert E. McMichael dirigió al Nuncio Apostólico Christophe Pierre, el pasado 17 de julio, en la que le informa detalladamente el cuadro clínico de la Madre Priora, a quien trata como neuróloga desde el 27 de abril de 2020. La lista de exámenes, intervenciones, terapias, fármacos, efectos secundarios y recaídas demuestra que le era imposible cometer materialmente los delitos que se le imputan, y cómo sus “confesiones”, bajo el efecto de los fármacos, no deben considerarse fiables. El texto de la carta, como puede leerse, no da lugar a malentendidos:
“El obispo Michael Olson declaró a la Reverenda Madre culpable de cometer adulterio con el Padre X., un sacerdote de otro Estado. Declaró que basó esta conclusión en declaraciones hechas por ella. El período de tiempo relevante es el período comprendido entre su ataque epiléptico el 15 de noviembre de 2022 y el 23 de diciembre de 2022”.
“El obispo Olson grabó el interrogatorio de la Reverenda Madre el 24 de abril de 2023, y al menos parte de este interrogatorio fue reproducido en una audiencia judicial en junio y fue informada ampliamente por los medios de comunicación. Durante el mes de abril de 2023 había sido sometida a visitas médicas u hospitalarias al menos cinco veces antes de ese interrogatorio. Fue operada bajo anestesia general el 21 de abril y luego regresó al hospital con complicaciones de esta cirugía en la mañana del 24 de abril. El obispo Olson la interrogó más tarde, el 24 de abril. En esta fecha [la Priora] estaba enferma. El 25 de abril fue hospitalizada nuevamente y le reemplazaron la sonda de alimentación bajo anestesia general”.
[omissis] “En mi opinión, ella no estaba ni mental ni físicamente capacitada para encontrarse con el Padre X para cometer adulterio. En vista de sus condiciones médicas y de sus discapacidades durante los meses de noviembre y diciembre de 2022, su afirmación de tener el ‘cerebro en ebullición’ es cierta”.
“Mis opiniones sobre este asunto son de naturaleza médica. En mi opinión, la Reverenda Madre Teresa Agnes de Jesús Crucificado, o.c.d. no cometió adulterio. En mi opinión, ella no estaba en pleno uso de sus facultades mentales desde al menos el 15 de noviembre de 2022 hasta el 23 de diciembre de 2022. En mi opinión, la decisión de declararla culpable de adulterio es un error, dadas las deficiencias físicas y mentales que la afligían, así como su alto nivel de dependencia de sus asistentes (cuidadores)”.
De la carta del Dr. McMichael surge claramente la intención persecutoria del obispo Olson, quien maliciosamente se aprovechó del estado psicofísico de la Priora para acosarla e inducirla por la fuerza a admitir crímenes nunca cometidos.
No podemos saber qué hizo el nuncio Pierre para verificar lo hecho por Olson, ni si alguna vez informó a sus superiores en Roma. Sin embargo, sabemos con certeza que desde el comienzo de esta historia tan dolorosa, Christoph Pierre nunca ha manifestado su interés ni su cercanía a la Comunidad de Arlington.
Concluyo con algunas consideraciones.
La primera: es necesario que el Nuncio Apostólico dé a conocer qué medidas ha tomado luego de recibir la carta del neurólogo de la Madre Priora, el Dr. McMichael.
La segunda: más allá de la evidente posibilidad de recusación del Comisario, dado que parte en el caso y esta con un claro conflicto de intereses, es imprescindible que monseñor Olson presente su dimisión, desde el momento que su comportamiento ha mostrado su absoluta incompatibilidad con el rol que desempeña en la Diócesis. Una petición pública por parte de los fieles de Fort Worth ha estado en marcha desde hace algún tiempo (aquí) y ha llegado el momento de que hagan oír su voz, tanto pidiendo la destitución de Olson como también apoyando espiritual y materialmente al Carmelo de Arlington.
La tercera: dados los múltiples delitos cometidos por Olson y los gravísimos daños que resultaron de ello, principalmente a la Madre Priora y en segundo lugar a todo el Carmelo, espero que un abogado valiente pueda ofrecer asistencia jurídica gratuita a las Monjas, en la causa civil que ellas deberían intentar contra Michael Fors Olson, obispo de Fort Worth.
La cuarta consideración se refiere a la incalificable actitud de algunos periodistas del ámbito católico que apoyaron el relato de Olson incluso en presencia de elementos gravísimos que demuestran su total falsedad. ¡Me pregunto cómo Church Militant, que en 2020 había expresado críticas muy fuertes contra el obispo Olson (aquí y aquí), puede darle crédito hoy y negarse a reconocer la infame acción persecutoria contra la Madre Teresa Agnes!
Finalmente, expreso toda mi admiración por la Madre Teresa Agnes: por su fortaleza, la mansedumbre mostrada en estas terribles situaciones, el espíritu de sacrificio con el que vivió esta infame persecución. Las acusaciones de que ha sido objeto no la han distraído ni un instante de su determinación de seguir a su Esposo Crucificado en el camino del Calvario. En este tiempo de apostasía, la Passio Ecclesiae se cumple en los miembros del Cuerpo Místico que sufren una persecución que es preludio del fin de los tiempos.
La Madre Priora junto con sus hermanas del Carmelo en Arlington son un ejemplo para muchas religiosas que se sienten solas y a merced de superiores corruptos. ¡Tienes al Señor y a tus Santos Fundadores a tu lado! ¡Resiste fuerte en la Fe! (1 P 5, 9). Que estas mujeres, consagradas al Esposo divino en la Regla Carmelita, sean ejemplo para quienes confunden el servilismo temeroso con la prudencia y la obediencia cristianas.
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
28 agosto de 2023 Augustini Episcopi et Confessoris et Ecclesiæ Doctoris
Publicado originalmente en Italiano el 29 de agosto de 2023, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por José Arturo Quarracino
§§§
Ayuda a Stilum Curiae
IBAN IT79N0200805319000400690898
BIC/SWIFT UNCRITM1E35
§§§
Condividi i miei articoli:
Categoria: Generale