La “Píldora” hace mal. Cómo y por qué. Pero no te lo dicen.

3 Maggio 2023 Pubblicato da

Marco Tosatti

Muy estimados StilumCuriales, ofrecemos a vuestra atención este artículo aparecido en la página web de Pro Vita & Famiglia, a la que agradecemos la cortesía, particularmente actual dada la decisión de la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) de dispensar la píldora anticonceptiva a costa de los contribuyentes. Feliz lectura y difusión.

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De hecho ya disponible gratuitamente en algunas regiones como Apulia, Emilia Romana, Piamonte, Toscana y la provincia autónoma de Trento, la píldora anticonceptiva estará disponible en toda Italia. Así lo ha establecido “el primer y largamente esperado paso” –según la agencia de noticias Ansa- dado en esta dirección y que tuvo lugar con la aprobación, por parte del Comité de Precios y Reembolsos de la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA), de la decisión de hacer gratuita la píldora anticonceptiva con receta médica para las mujeres italianas de todos los grupos etarios.

Como acontece en todo, donde hay gratuidad es porque otro paga: en este caso, los contribuyentes. Sí, porque esta decisión de Aifa no es en absoluto gratuita. La prueba es que supondrá un coste total para las arcas del Estado estimado en unos 140 millones de euros al año. No es precisamente una miseria, si se piensa que con la misma suma se podrían financiar más de 35.000 “Proyecto Gema”, una iniciativa para mujeres y niñas que viven un embarazo difícil de aceptar o de vivir, consistente en el pago de una cuota mensual de 220 euros durante 18 meses por un total de 3.960 euros.

 

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Pero los costes de una mayor difusión de la píldora no son sólo económicos, dado que no estamos hablando de un producto sin consecuencias para quienes lo consumen, ni mucho menos. Sin ánimo de hacer terrorismo psicológico contra nadie, parece justo señalar que, en lo que respecta a la píldora anticonceptiva -tanto de estrógenos como de progestágenos- existen numerosos efectos adversos documentados de su ingesta, tales como pérdida de libido; erupciones cutáneas; decoloración de la piel (melasma/ cloasma); cambios de peso o apetito; náuseas; migraña; cambios de humor, incluida la depresión; agravamiento de varices; síntomas gastrointestinales (dolor, calambres, hinchazón); vaginitis; deficiencias vitamínicas; retención de líquidos; alteraciones visuales; insuficiencia hepática (ictericia). A esto se agrega que a lo largo de los años no ha sido infrecuente que las empresas fabricantes de píldoras anticonceptivas hayan sido llevadas a los tribunales por las graves complicaciones de salud notificadas por quienes las ingirieron, entre ellas, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.

Esto no es todo. También la llamada minipíldora y el DIU de sólo progestina -y no sólo los anticonceptivos que combinan estrógenos y progestina- determinan, cuando se toman después de los 35 años, un aumento del 20% o incluso del 30% del riesgo de desarrollar cáncer de mama. Se trata de una evidencia dramática, pero tan irrefutable que incluso un diario progresista como Repubblica se vio obligado a mencionarla. Huelga decir que estos riesgos para la salud se sumarán, en la medida en que generen necesidades de tratamiento, a los 140 millones anuales, una suma que, por lo tanto, resulta cuando menos subestimada. Por desgracia, aún no ha terminado.

Aunque quisiéramos pasar por alto los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva gratuita, no podemos dejar de ver el alcance deseducador y negativo en términos de valores que esta decisión conlleva. Todo el mundo pro-familia -y Pro Vita & Famiglia en primera línea– ha expresado su consternación ante una elección que, de hecho, va en dirección opuesta respecto al problema de la denatalidad de un país, Italia, que, según Le Figaro, “para mantener sólo la población al nivel actual” se verá obligado -so pena de despoblamiento- a “duplicar los flujos migratorios, cuyo saldo es hoy de 150.000 al año a 300.000-350.000 al año”.

En un país así, ¿era prioritaria la gratuidad de la píldora? Vale la pena preguntárselo, a sabiendas de que, aunque no hubiera costes económicos, sanitarios y demográficos, la decisión de Aifa seguiría siendo cuestionable por el simple hecho de que la píldora mata el amor y el deseo mismos. Fue Max Horkheimer, el filósofo y sociólogo alemán que -junto con Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Erich Fromm- fue uno de los máximos exponentes de la llamada Escuela de Fráncfort, quien lo denunció hace muchas décadas.

No por ello un católico o un conservador, sino un intelectual laico. Que, sin embargo, tuvo el valor de recordarnos que “el amor se basa en el deseo, en el deseo de la persona nacida, y no está exento de sexualidad. Cuanto más se desea la unión con la persona amada, mayor es el amor. Si se elimina este tabú de la sexualidad, cae la barrera que en gran medida hace nacer el deseo, entonces el amor pierde su base”. Cuando se le volvió a preguntar a Horkheimer si consideraba a la píldora responsable de todo esto, fue muy claro: “Sí. La píldora convierte a Romeo y Julieta en una pieza de museo. Permítanme formularlo explícitamente: hoy, Julieta le diría a su Romeo que esperara sólo un momento para tomarse la píldora antes de ir hacia él”. Mediten bien, tanto Aifa como quienes aprueban su reciente y dramática decisión.

 

Publicado originalmente en italiano el 1 de mayo de 2023, en https://www.marcotosatti.com/2023/05/01/la-pillola-fa-male-come-e-perche-ma-non-ve-lo-dicono/

Traducción al español: José Arturo Quarracino

 

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