Logia masónica en el Vaticano. Agostino Nobile
29 Marzo 2023
Marco Tosatti
Muy estimados StilumCuriales, Agostino Nobile ofrece vuestra atención estas consideraciones sobre la infiltración masónica dentro de los Muros Sagrados. Disfruten la lectura y compartan.
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Logia masónica en el Vaticano
Para comprender mejor cómo se produjo la infiltración de los masones en el Vaticano, antes de hablar de la situación en las últimas décadas citaré algunos extractos de mi libro Antichrist Superstar.
“En la investigación de la profesor Pellicciari, I Papi e la massoneria (Ares, 2007), se han recogido algunos pasajes de documentos masónicos italianos. Durante el pontificado de Gregorio XVI (1831- 46), el carbonaro conocido con el nombre de Vindice confirma que el programa irrenunciable de la masonería internacional es infiltrarse en la Iglesia para destruirla desde dentro: ‘Deben presentarte con todas las apariencias de un hombre serio y moral. Una vez establecida la buena reputación entre los colegas, en los gimnasios, en las universidades y en los seminarios, una vez que hayan ganado la confianza de profesores y estudiantes, procuren que los que busquen su compañía sean sobre todo los enrolados en la milicia clerical […]. Se trata de establecer el reino de los elegidos sobre el trono de la ramera de Babilonia [frase acuñada por Martín Lutero – ed.], que el clero marche bajo vuestro estandarte, sin dudar nunca en seguir el de las llaves apostólicas”. Vindice, así escribe a su primo Nubio, jefe de la Alta Vendita [dentro de la Carbonería se llaman primos y no hablan de logia, sino de venta]: “Es la corrupción a lo grande que hemos comenzado, la corrupción del pueblo a través del clero y del clero a través de nosotros, la corrupción que sin duda nos llevará un día a enterrar a la Iglesia”.
[…] Quien nos da en pocas palabras una imagen clara de la masonería actual es el socialista y criminólogo Alain Bauer, Gran Maestre del Gran Oriente de Francia 2000/2003 y colaborador del presidente francés Nicolas Sarkozy. En una entrevista publicada el 12 de diciembre de 2003 en el semanario Le Nouvel Observateur, afirma, entre otras cosas: “No es casualidad que en el texto de la Constitución europea no se plantee la cuestión de introducir el concepto de herencia judeocristiana […]. También en relación con la bioética estamos a favor de la libertad absoluta, al igual que estamos a favor de la moral y de la investigación científica”.
Los libertinos heterosexuales en la Iglesia siempre han estado ahí, pero al leer estos documentos no podemos dejar de señalar cómo los homosexuales y los pedófilos, que ahora abruman a la Iglesia, pertenecen a la política programada e implementada por la masonería. Es muy probable que a partir del siglo XIX los masones hayan comenzado a infiltrarse en el Vaticano para alcanzar, entre la primera y la segunda mitad del siglo XX, los más altos rangos de la Curia Romana.
Recordemos el escándalo financiero en los años 1970-1980 del masón monseñor Paul Marcinkus, presidente del banco vaticano, y del masón monseñor Donato De Bonis, miembro del mismo banco. Con el Concilio Vaticano II el cardenal masón Annibale Bugnini, secretario del Departamento Pontificio para el Culto Divino, no sólo anuló el antiguo rito de la Misa en latín, sino que también cambió la orientación del celebrante. En la Misa tridentina el sacerdote está vuelto hacia Dios, a la cabeza de la comunidad que mira al Señor Todopoderoso como fuente de vida y esperanza. En el sacramento central de la Misa, Bugnini realiza la obra maestra de la masonería, con una revolución de 180 grados. Durante la Eucaristía, el celebrante da la espalda a Dios volviéndose hacia los fieles, donde el hombre se convierte en el actor principal. Eucaristía en griego significa “reconocimiento, acción de gracias”, con la reforma masónica el agradecimiento se celebra dando la espalda al Señor.
Una vez descubierto sólo habría creado problemas, por lo que al año siguiente Bugnini fue enviado como nuncio a Irán, donde murió “de muerte natural procurada”, probablemente a manos de sus hermanos masones. Entre otras cosas, se descubrió que era asalariado con una suma considerable por el Gran Oriente de Italia en el Palazzo il Vascello.
Pregunta: ¿Por qué Pablo VI, una vez descubierta con pruebas irrefutables la pertenencia de Bugnini a la masonería, no anuló la reforma litúrgica masónica y reintrodujo la Misa Tridentina? ¿Por qué, a pesar de estos hechos, conocidos por todos los prelados, Bergoglio castiga a quienes celebran la Misa oficiada por todos los santos religiosos de la historia? Sólo hay una respuesta.
En 1983 el cardenal Joseph Ratzinger renovó la condena en términos inequívocos: “Los fieles que pertenecen a asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Sagrada Comunión”. Así, desde el nacimiento de la nueva masonería en 1717 en Londres, ha habido 586 pronunciamientos pontificios antimasónicos. Sin embargo, según no pocos observadores que han estudiado los documentos relativos a la logia masónica en el Vaticano, a excepción de Juan Pablo I y del papa Ratzinger, empezando por los que querían en Concilio Vaticano II en el trono pontificio, se han sucedido Papas masones hasta llegar al actual demoledor. El mencionado programa de “establecer el reino de los elegidos en el trono de la ramera de Babilonia”, establecido en el siglo XIX, se ha realizado con Bergoglio. Dos siglos de complots, desprecios y calumnias contra la Iglesia sin rendirse jamás.
¿Cómo hizo Bergoglio para llegar al trono papal? Conocemos las tramas de la llamada mafia de San Galo, pero probablemente más que mafia deberíamos llamarla masonería. Así nos lo explica el libro Viia col vento vaticano [Lo que el viento vaticano se llevó], publicado en 1999 por algunos fieles religiosos vaticanos que, bajo el pseudónimo de Los Millenari, salvo monseñor Luigi Marinelli, han permanecido desconocidos. He aquí, entre otras cosas, lo que escriben:
“Para ascender a la cima de la Curia romana hay que estar siempre en un grupo compacto y cohesionado, con un cabecilla, al que los colaboradores cooptados deben permanecer entregados y siempre disponibles. Es un trabajo de años, a veces de décadas, para reunir a eclesiásticos de una misma tendencia, posiblemente sacados de una misma región, si no de una misma diócesis y vecinas. (O, añadiríamos, de una misma Orden, como los jesuitas). […] Asistimos así al ciclo de la rotación de los prelados dignatarios de un determinado grupo, que, para llegar primero a la cima, deben obstaculizar el ascenso y, eventualmente, cortar la cima a los otros líderes. Cualquier arma es válida para cortar el teleférico de la competencia”. Nota a pie de página: “En la actualidad, a ellos les ha sucedido la masonería, que es el patrón del Vaticano”.
Quien quiera saber más, además del mencionado Via col vento in Vaticano, puede hacer clic en el sitio web http://www.unavox.it/
Siete meses después de haber publicado la lista, en marzo de 1979, Mino Pecorelli recibió cuatro disparos en Roma. Roberto Calvi, banquero vinculado a la masonería, apodado por la prensa “el banquero de Dios” por sus estrechos vínculos con la Santa Sede, apareció ahorcado bajo el puente londinense de Blackfriars el 17 de junio de 1987. Michele Sindona, banquero, conocido en los círculos bancarios como “El Tiburón”, era miembro de la P2, Propaganda Due, una logia secreta de la masonería italiana, con claros vínculos con la mafia siciliana. Murió envenenado en prisión mientras cumplía cadena perpetua por el asesinato del abogado Giorgio Ambrosoli.
La lista completa publicada por Pecorelli se encuentra en el siguiente sitio web: https://notiredmerida.
Agostino Nobile
Publicado originalmente en italiano el 28 de marzo de 2023, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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Tag: logia masonica, nobile, vaticano
Categoria: Generale