Muerto Benedicto, el Papa quiere sofocar la Misa Antigua. Moynihan
8 Febbraio 2023
Marco Tosatti
Estimados StilumCuriales, nuestro amigo Robert Moynihan ha escrito esta carta que ofrecemos a vuestra atención, en nuestra traducción, sobre los rumores recurrentes de nuevas prohibiciones y restricciones en el uso del Vetus Ordo. Que, casualmente, llegarían luego del fallecimiento de Benedicto XVI, quien había liberalizado su uso. Pero como afirma el Pontífice reinante, la muerte ha sido instrumentalizada por personas “sin ética”, por “gente de partido”. ¡Mah! Evidentemente, la farmacia vaticana dispone de potentes remedios contra la vergüenza. Buena lectura y puesta en común.
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Carta nº 42, Lunes 6 de febrero de 2023: Misa antigua. Hay nuevas noticias sobre la posible promulgación (quizá el 3 de abril) de nuevas restricciones al uso del rito antiguo en la celebración de la Misa. Dos artículos provenientes de Europa durante el fin de semana afirman que “fuentes” anónimas en Roma acaban de “confirmar” que existe un proyecto de “Constitución Apostólica” que restringiría aún más el uso de la antigua liturgia preconciliar -la forma antigua de celebrar la Misa y los sacramentos (por ejemplo, el Bautismo y la Ordenación)- que el Papa Benedicto XVI dijo en 2007 que debía conservarse en la Iglesia como un rito honrado y venerable.
Aquí están los enlaces a los dos artículos: aquí (en alemán, pero hay un botón para hacer clic y obtener una traducción al inglés) y aquí (en italiano). La intención parece ser la de codificar definitivamente la nueva liturgia – la “nueva Misa” promulgada por el papa Pablo VI el 3 de abril de 1969 (véase también el enlace), que sustituye a la Misa antigua en latín utilizada durante siglos antes de 1969 – como única liturgia de rito latino en la Iglesia. Profundicemos un poco más en este tema…
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Muchos no consideran importante este tema. Lo consideran periférico, incluso irrelevante. Otros, sin embargo, lo consideran importante, incluso crítico y central, para la vida futura y la fe de la Iglesia. ¿Por qué estos dos puntos de vista? Esencialmente porque los observadores tienen opiniones diferentes sobre el hecho que las dos liturgias estén en tal conflicto que influya realmente en la fe de los fieles.
En otras palabras, porque hay opiniones diferentes sobre si una liturgia u otra es más eficaz para comunicar lo que la Misa ha tratado de comunicar siempre: el espíritu de Cristo, su vida misma, a quienes están “en comunión” con Él, y por Él y en Él con el Padre.
Algunos hablarían en términos de “gracia”: que todo lo que, en la liturgia o en la vida es más “cristocéntrico”, todo lo que acerca a las almas a Cristo, lo que las llama a estar centradas en Cristo, es lo que proporciona e infunde más eficazmente esa “gracia” que (de una manera misteriosa que los teólogos profesionales pueden discutir y los mortales comunes pueden simplemente meditar en silencio) es la vida del alma – la energía que hace el alma, ese misterio central que es el núcleo de todo ser humano, rico, vibrante, vivo, orientado hacia la fe, la esperanza y el amor, orientado hacia el sacrificio de la propia voluntad y al abrazo de la voluntad de Dios para encontrar la propia voluntad más plenamente que nunca.
.. Algunos piensan que las dos formas de liturgia, la antigua y la nueva, son igualmente cristocéntricas (y, por tanto, igualmente válidas), pero que simplemente son diferentes “estéticamente”. En otras palabras, superficialmente, pero no en esencia. Es decir, algunos piensan que a las personas “más ancianas” (nacidas antes de, digamos, 1955 o 1960, antes del inicio del Concilio Vaticano II), y a las vinculadas a las tradiciones aristocráticas europeas, y por tanto a la venerable lengua latina antigua, simplemente “aman” (estéticamente) la liturgia antigua, con su llamada “solemnidad” y “formalidad” (aunque una Misa antigua en una capilla antigua pueda ser extraordinariamente sencilla y accesible, y por tanto, en cierto modo, también “no solemne” e “informal”), con su uso del latín (y algo de griego), su uso del incienso y los gestos prescritos, etc., mientras que a las “personas más modernas” (las nacidas después del Concilio, por ejemplo en 1960 o 1965) y menos “eurocéntrica” (las de países alejados de la antigua “patria” europea de la Iglesia católica) simplemente “les gusta” la nueva liturgia, el “Novus Ordo” promulgado por el papa Pablo VI en 1969, con su aspecto “menos solemne”, su uso de la lengua vernácula (no del latín), su “informalidad”, su menor uso de gestos prescritos, etc.
Otros también están convencidos (por muchas y diversas razones) -según el viejo dicho “lex orandi, lex credendi” (“la ley de orar es la ley de creer”), que significa que el modo en el que se reza termina por influir y dar forma a las creencias reales de las personas- de que la “Misa nueva” no orienta a las personas en forma incondicional y completamente hacia Dios como lo hacía la “Misa antigua “. Esto es simplemente lo que algunas personas creen realmente.
Se han convencido de que es así. Por eso, cuando oyen que Roma está eliminando progresivamente la “Misa antigua”, concluyen que Roma ha entendido mal algo, que ha subestimado la piedad y la fe profundas y fortalecedoras que la liturgia antigua ha significado y puesto en práctica (como escribió el papa Benedicto) para millones y millones de personas a lo largo de los siglos. Simplemente no logran entender por qué Roma querría romper y suprimir completamente esta oración tradicional, esta invocación tradicional a Dios, esta liturgia tradicional centrada en Cristo. Y, sorprendentemente, hasta ahora Roma no ha dado a estas personas ningún argumento verdaderamente persuasivo de por qué Roma quiere hacer lo que Benedicto XVI dijo hace sólo 15 años que jamás habría podido hacerse: “Lo que era sagrado para las generaciones anteriores sigue siendo sagrado y grande para nosotros; no puede de repente estar completamente prohibido o incluso ser perjudicial” (Papa Benedicto XVI en Summorum Pontificum, 7 de julio de 2007). Y todo esto provoca angustia espiritual y angustia de conciencia a muchos creyentes simples de buena voluntad, que sienten que su angustia de conciencia no importa a los hombres a quienes les han sido confiadas estas decisiones. Y así viven en una especie de desolación espiritual, que se acentúa con cada vuelta de tuerca, a medida que Roma sofoca lenta pero inexorablemente la práctica de la liturgia antigua.
Publicado en italiano el 7 de febrero de 2023, en https://www.marcotosatti.com/
Traducido al español por: José Arturo Quarracino
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Tag: benedict, moynihan, vetus ordo
Categoria: Generale