21 Luglio 2022 Pubblicato da Marco Tosatti

Marco Tosatti

Muy estimados StilumCuriales, nos parece oportuno poner en su conocimiento estas consideraciones del padre Nicola Bux publicadas en Il Pensiero Cattolico, a quien agradecemos la cortesía, sobre el tema de la Eucaristía y los políticos favorables a las medidas gubernamentales pro-aborto. Feliz lectura.

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Don Nicola Bux

FRENTE A LA EUCARISTÍA, ANTES DEL SENTIDO PASTORAL DEBE HABER UN SENTIDO DE LO SAGRADO, ES DECIR, DE LA PRESENCIA DIVINA

La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia: un axioma medieval recuperado por Henri De Lubac.

¿Y qué decir del otro lema que se repite en los documentos litúrgicos y que invoca la coherencia entre la liturgia y la vida?

¿No deberían aplicarse a quienes favorecen el aborto de diversas maneras, especialmente a través de la política?

Hay muchos errores sobre la naturaleza de la Eucaristía, sobre la pertenencia a la Iglesia y sobre la interconexión entre ambas.

Debe quedar claro que la Eucaristía no es un alimento cualquiera, sino un fármaco especial que produce la inmortalidad, la resurrección final de nuestro ser; pero, como todo fármaco, si no se conocen las contraindicaciones, se convierte en un veneno que enferma y conduce a la “segunda muerte”, la condenación eterna (cf. 1Cor 11, 30). Alguien más debe explicar por qué los Padres de la Iglesia fueron tan severos con el pecado del aborto: veinte años de penitencia imponía Basilio, antes de la readmisión a la Comunión, que es inseparablemente eclesial y sacramental. Y es que al Señor no le agrada un culto reñido con la vida, como atestiguan el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Pero hoy en día, entre los laicos y los pastores, no se conoce o se tienen ideas confusas sobre la doctrina eucarística católica, a pesar de que Juan Pablo II promulgó la encíclica Ecclesia de Eucharistia (2003), en la que reafirma que la Comunión eucarística presupone como preexistente la comunión eclesial para consolidarla y llevarla a la perfección (n. 35). Santo Tomás señaló que la Eucaristía es la cantera en la que se construye la Iglesia.

Uno de los vínculos visibles de la comunión eclesial es el que une a los fieles con su obispo.

A Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el arzobispo de su diócesis, monseñor Salvatore J. Cordileone, le ha prohibido acercarse a la Comunión, porque es partidaria pública del aborto, pero ella no reconoció ese vínculo y, al infringirlo públicamente en San Pedro el 29 de junio pasado, recibió indignamente el Sacramento, con lo que “se condenó a sí misma” (1Cor 11, 29). 

Santo Tomás lo recuerda en la secuencia del Corpus Christi: Los buenos se van, los impíos se van; pero su destino es diferente: provoca vida o muerte. “No se debe profanar la Eucaristía recibiéndola indignamente -me recuerda el padre Alberto Strumia-, porque así, además de ofender al Señor, se hace daño a uno mismo y al mundo entero. No es por moralismo y atraso que se toman decisiones censuradoras, sino en virtud de una concepción del hombre y de la realidad que no actúa como si Dios no existiera, teniendo en cuenta que a partir de la negación de Dios y del rechazo de la verdadera doctrina de Cristo se ha construido un mundo invivible”.

Si alguien animó en privado a la funcionaria a hacerlo, o la homilía del papa Francisco le dio a entender públicamente que todos deben ser acogidos en la Iglesia sin necesidad de convertirse de esa conducta, se ha contradicho al Señor Jesús y se ha hecho cómplice de ese pecado. El Señor se sentaba a la mesa con los pecadores, pero para llevarlos a la conversión; en la Eucaristía, sin embargo, admitió a los reconciliados, a los puros, y llamó en la última Cena a los que no lo eran, Judas in primis (cf. Jn 13, 10 y 17, 12).

En una entrevista con Reuters, el Papa observa que la Iglesia o un obispo provoca un problema político cuando pierde su naturaleza pastoral. ¿Qué significa esto? ¿Es San Ambrosio quien causó un problema político al no admitir al emperador Teodosio en la iglesia, pidiéndole que hiciera penitencia primero, o más bien es el emperador quien obligó al obispo de Milán a usar el “sentido pastoral” porque había causado un “problema político” con la masacre de Tesalónica? El arzobispo de San Francisco actuó con verdadero “sentido pastoral”.

Ningún obispo, que no sea el diocesano, puede anular un interdicto, especialmente en lo que se refiere a la doctrina eucarística católica, sin romper el vínculo colegial que une a los obispos entre sí e implica la comunión en la doctrina de los Apóstoles que es constitutiva de la Iglesia como sacramento de salvación. Que no se piense que se trata de un “legalismo” que obstaculiza la misericordia. Al admitir a la Comunión a una persona pública como Pelosi, se escandaliza a los pequeños y sencillos de la Iglesia. ¿Puede permitirlo el “sentido pastoral”? ¿No ha afirmado muchas veces el papa Francisco que hay que reconocer la carne de Cristo en los pobres? Pues bien, los primeros pobres son los cristianos, los miembros de la Iglesia, el cuerpo de Cristo. El arzobispo Cordileone reveló un gran sentido pastoral, primero hacia el alma de Pelosi, advirtiéndole del riesgo de condenación eterna, y luego hacia las almas a él confiadas, preservándolas de la profanación de la Comunión. Todo pastor tendrá que rendir cuentas de esto ante el Rex tremendae maiestatis.

Si hay un derecho en la Iglesia para que ella sea justa, la grave fractura que se produjo entre un obispo que interdice y otro que acoge, el obispo de Roma -el Papa privilegia este título suyo- favorece el alejamiento de los pastores y de los fieles de la enseñanza católica (apostasía) y fomenta la división (cisma), contradiciendo además el “camino sinodal”. Muchos fieles de todo el mundo esperan que no sea cierto lo que supuestamente declaró en su cumpleaños en 2017: “no se excluye que pasaré a la historia como el que dividió a la Iglesia…”.

Si es cierto que Cordileone declaró que sigue el Catecismo de la Iglesia Católica, que también debería seguir el Papa, significa que hizo como Pablo cuando se enfrentó a Pedro: el Papa le había aludido tímidamente, pero el arzobispo se dirigió a él directamente. Salvatore Joseph Cordileone – nomen est omen – da testimonio no sólo del sentido pastoral, sino también del carácter sacro del Sacramento, según la enseñanza de Benedicto XVI: un sacramento que hay que creer, celebrar y vivir (Sacramentum Caritatis, n. 70).

Publicado originalmente en italiano el 20 de julio de 2022, en https://www.marcotosatti.com/2022/07/20/il-pensiero-cattolico-laborto-nancy-pelosi-perche-cordileone-ha-ragione-e-il-papa-sbaglia/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

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Tag: Bux, cordileone, pelosi

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