Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, he aquí la segunda entrega de la trilogía de artículos que Rosanna Boccaci y Sergio Russo han escrito, y que ofrecen para su atención y reflexión. Pueden encontrar el primer artículo en este enlace. Disfruten la lectura…

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“SURSUM CORDA”: ¡LEVANTEN SUS CORAZONES!

En esta segunda parte queremos profundizar en un tema central del que, en la primera parte, sólo hemos dado pistas: la lucha apocalíptica, además de inédita, entre el nuevo orden masónico y el nuevo orden mesiánico.

Pero aquí también aprovechamos para tomar la expresión clásica “aprovechar la oportunidad”. Respecto a los que personalmente definimos “tradicionalistas a ultranza” (ya que sólo y únicamente el católico integral es, al mismo tiempo, verdaderamente tradicionalista y visceralmente progresista, como el Señor recomienda que sea: “por eso todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante a un padre de familia que extrae de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”), esos “extremistas” afirman que -habiéndose escandalizado ellos mismos- tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI habrían hablado de un “nuevo orden mundial”… Bien, admitido y no concedido que lo hicieran, ciertamente estos dos santos pontífices se referían al “nuevo orden mesiánico”, ¡pero ciertamente no al masónico!

Mientras tanto, estamos viviendo las fases decisivas de un drama, de una lucha apocalíptica, de “Reino contra reino”. Espectadores, actores e incluso objeto de disputa. ¡Es la hora de la decisión! “Nadie puede servir a dos señores”, dijo Jesús: O a Dios o al propio yo.

“Será el amor de Dios llevado hasta el desprecio de sí mismo, o será el amor de sí mismo llevado hasta el desprecio de Dios“, como dijo Juan Pablo II. Será la Voluntad de Dios la que vence (si nosotros también lo queremos), o será nuestra propia voluntad la que pierda, pero cuando queremos ganar excluyendo la Voluntad Divina.

Si dejamos que la Voluntad de Dios venza en nosotros, también nosotros vencemos; si hacemos que prevalezca la nuestra, junto con Él también perdemos nosotros. “Padre, si es posible, pasa de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Y Jesús murió en la Cruz para expresar en sí mismo esta oposición. Dos palos cruzados, dos troncos, esos dos árboles reales y simbólicos del Paraíso: el árbol “de la Vida” y el árbol “del conocimiento del bien y del mal”. Figura de la Voluntad de Dios el primero, el palo vertical, que une el Cielo y la Tierra; figura de la voluntad humana el segundo, el travesaño horizontal, que cuando se pone en oposición, en cruz, diciendo “no quiero”, crea la cruz, el dolor mutuo, ¡la muerte!

¡Qué tremendo Misterio! Dios quiso crear al hombre sólo por amor, para que fuera su hijo, su interlocutor, su heredero; para hacer de él un pequeño dios creado, ¡otro Él mismo! Este Misterio, dice San Pablo, es “el misterio de su voluntad” (Ef 1, 9).

Frente a este “misterio de la piedad” ha surgido otro, el “misterio de la impiedad”: “Sí, desde ahora está actuando el misterio de la impiedad” (2 Tes 2, 7). Es lo que el libro del Apocalipsis llama “un misterio, Babilonia la grande”, misterio de la que es representada como una gran prostituta y como la bestia sobre la que está sentada (Ap 17, 5-7).

Corresponden a esas dos figuras femeninas, la Mujer vestida de sol, que representa a la Santa Iglesia, la verdadera Iglesia, y la gran prostituta que representa a la falsa Iglesia, “ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires” (Ap 17, 6).

“Se alzará nación contra nación y Reino contra reino” (Mt 24, 7). El Reino de Dios que viene, el Reino de su Voluntad “así en la tierra como en el Cielo”, que choca con el reino de la voluntad del hombre, del pecado, del mundo cuyo príncipe es Satanás.

Esto es lo que cuenta al final: ¿de qué lado – gota a gota, día a día – estamos tomando partido? Porque la humanidad se divide en dos categorías: los que aman la Verdad y la buscan, y los que se prefieren a sí mismos.

¡Es la hora de la mayor y más trascendente Decisión jamás tomada en la historia del hombre y de la economía de la salvación!

Esto es, pues, lo que el verdadero creyente debe perseguir y perseverar con todas sus fuerzas: no hacer vana la Redención de Cristo, mediante su participación personal, convencida y participada.

Dar la razón a Jesús (y a María, su madre y la nuestra), tragándose al mismo tiempo esa sonrisa burlona que el Enemigo querría extender hoy sobre toda la tierra -habiéndola iniciado ya en el paraíso terrenal-: “¡Has visto, oh Dios, cómo tienen en cuenta los hombres tu Sangre derramada, y tu Amor prodigado!”.

Burla satánica a la que nosotros, los pequeños de Jesús y María, responderemos: “¡Vete al infierno Lucifer – es realmente el momento de decirlo! – aunque hoy nos encontremos un poco como en la condición de Job, pues bien, sabed que “ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni el presente ni el futuro, ni las potencias, ni la altura ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, en Cristo Jesús, nuestro Señor”: ¡ya estás derrotado, eterno perdedor, porque sobre tu cabeza ya presiona el pie inmaculado de la Mujer vestida de Sol!”.

En la tercera y última parte examinaremos algunas fechas destacadas, ocurridas a lo largo de la historia, referidas al tiempo de preparación de tan sublime y decisiva “Decisión” humano-divina.

(2 – continuará)

 

Sergio Russo e Rosanna Boccacci

 

Publicado originalmente en italiano el 5 de julio de 2021, en https://www.marcotosatti.com/2021/07/05/sursum-corda-in-alto-i-vostri-cuori-rosanna-boccacci-e-sergio-russo/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

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