EL ACUERDO SECRETO ENTRE PÍO XI Y HITLER, FIRMADO POR PACELLI

3 Ottobre 2020 Pubblicato da Marco Tosatti

Marco Tosatti

Un acuerdo que afortunadamente no existió jamás. A diferencia de… pero empecemos desde más lejos

Cuando comencé a ocuparme de los temas vaticanos, hace algunas décadas, me encontré con cierta regularidad con un monseñor de la Secretaría de Estado, que entonces era secretario de un puesto importante en la cúpula vaticana, os líderes vaticanos, y que lamentablemente no está más con nosotros desde hace mucho tiempo.

Hablábamos de muchas cosas, por supuesto también históricas. Recuerdo muy claramente que me decía: la Iglesia – la de entonces – hace concordatos especialmente con los gobiernos en los que no confía, para obtener un marco claro en el que pueda desarrollarse la acción de la Iglesia local y tener el instrumento jurídico internacional para defenderla, en caso de que hayan violaciones.

Concordatos: es decir pactos, en texto claro, firmados por ambas partes contratantes y que, por tanto, se comprometen a respetar los acuerdos realizados.

También entonces –y lo es desde hace muchos años– el Concordato de 1933 firmado por el pontífice Pío XI, el que se alejó de Roma para no estar en la capital cuando llegara Hitler (‘te recuerda, mutatis mutandis, a algo?) fue divulgado como apoyo de la Iglesia al Reich nazi y naturalmente -porque esa era y es la propaganda comunista, y de los católicos que se mueven sobre esas líneas y que, como Melloni contraponen a Pío XII con Juan XXIII– fue inculpado Eugenio Pacelli.

1933: el régimen nazi apenas había comenzado a mostrar su rostro, todavía no había campos de exterminio ni invasiones de Estados limítrofes.

Juguemos un juego pequeño.

Imaginemos que Pío XI, por consejo de monseñor Eugenio Pacelli, en vez de un Concordato, hubiese firmado un acuerdo secreto con Adolf Hitler, permitiendo que las camisas pardas y la juventud hitleriana, al igual que esos simpáticos señores que ostentaban la cruz esvástica, y quizás una bella asociación de una Iglesia Patriótica Nacional Alemana, pudieran participar en la elección de los obispos y proponerlos.

¿Y en el interín, con este acuerdo secreto bien vigente, el Reich pusiera en la cárcel y torturara obispos y sacerdotes recalcitrantes, destruyera lugares de culto y demoliera cruces cristianas?

¿Te imaginas las voces altas y los gritos de los católicos adultos, de los dialogantes, logos, los constructores de puentes y la eterna execración de los prelados que hubiesen hecho esto? Tranquilos, esto era sólo un juego.

No es posible que la Iglesia de Roma, la fundada sobre la Roca de Pedro, haga acuerdos secretos con una de las peores dictaduras de la historia, la que tiene millones de personas, ¡ahora, ahora! – en campos de reeducación para disidentes, en verdaderos y auténticos campos de concentración, que practica un genocidio cultural en un país que ha ocupado, el Tíbet, y que en todo sentido oprime la libertad de religión y expresión, por no mencionar otras cosas.

No es posible y, en consecuencia, tienen razón los Torniellis, los Valente y todos los obsequiosos jenízaros del Pontificio Imperante. ¡Quizás fue en el Renacimiento! Se asemeja más a la corte de la Reina de los Corazones de Alicia en el país de las maravillas. ¡Afuera con sus cabezas!

Lee esta última noticia de Bitter Winter -pero Bitter Winter y AsiaNews lo informan continuamente- y observa con qué flor de gentilhombres nuestros monseñores hacen acuerdos secretos. ¿Pero por qué secretos? ¿Qué tienen que esconder todavía?

Publicado originalmente en italiano el 1 de octubre del 2020, en In https://www.marcotosatti.com/2020/10/02/laccordo-segreto-fra-pio-xi-e-hitler-siglato-da-pacelli/