AH ESTE PAPA! NUNCA PIERDE SUS VIEJOS HÁBITOS…

21 Marzo 2020 Pubblicato da Marco Tosatti

Marco Tosatti

Y otra vez lo ha hecho. Queridos amigos y especialmente enemigos de Stilum Curiæ, la frenética actividad de éstos días me ha impedido escribir un pequeño comentario sobre los acontecimientos vaticano-papales, colocándolos sin embargo, en un contexto fastidiosamente repetido.

Un proverbio árabe dice – ‘adaa Alima ya ‘iadatiha al qadìma – . Que significa: Volvió Alíma a sus hábitos antiguos…

Y como la Alíma del dicho, así ha hecho el Pontífice reinante,

dos veces seguidas, de forma clamorosa, en los últimos días.

Nos referimos a dos episodios bien precisos. El primero fué el anuncio de la creación de un nuevo dicastero que tenía la función de ocuparse de todos, absolutamente todos, los empleados de la Santa Sede (cerca de 4000). No eran voces que corrían: el 6 de marzo el Boletín de la Sala Informativa de la Santa Sede publicaba un comunicado bastante largo. “Acogiéndo la propuesta del Consejo de los cardenales y del Consejo para la Economía, su santidad Francisco ha dispuesto la institución de la “Dirección General de Personal” ante la Sección para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. Se daban además detalles particulares de los poderes que competían a la nueva dirección, concluyéndo así: “Se trata de un paso de gran relievo en el camino de reformas iniciado por el Santo Padre”. Iniciativa nacida seguramente por parte de los cardenales Reinhard Marx (que guía el Consejo de los cardenales para la economía) y del cardenal Oscar Maradiaga (cabeza de los C6, el comité de los cardenales que desde hace años, y parece no acaba de arrancar, está preparándo -la nueva Fábrica de San Pedro- la Reforma de la Curia.

¡Valla! Hemos dicho todo. Ésta sí que es cosa seria. Algo parecido a aquello que fué comisionado al card. George Pell, hace años…en vez no. Al día siguiente la Santa Sede lanzó una contraorden camaradas: “En relación al anuncio hecho ayer, sobre la institución de la Dirección General de Personal, se precisa que en el momento actual se trata de una propuesta al Santo Padre por parte del cardenal Reinhard Marx, coordinador del Consejo para la Economía, y del Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, S.D.B., coordenador del Consejo de los cardenales, para que instituya tal estructura. El Santo Padre estudiará la propuesta y, si lo verá oportuno, a su debido tiempo la instituirá en las modalidades por él decididas con un Motu Proprio”.

Es decir un revirement de 180 grados que ni se compara a los del Movimiento 5 Stelle. Pero desde el momento que es impensable que los dos virreyes del Vaticano, Marx y Maradiaga, hayan emitido sin un imprimatur del papa una declaración oficial de ése tipo, debemos pensar que los dos máximos consejeros e

influencers del Pontífice, fueron mandados a seguir adelante por el susodicho, pero para ser desmentidos al día siguiente…

Segundo episodio. El 12 de marzo il Vicario del Papa para la ciudad de Roma, el card. De Donatis, emitió un comunicado en el que ordenaba la clausura de todas las iglesias a los fieles. No ya sólo las Misas, abolidas por la CEI bajo presión del gobierno, sino cerradas también para la oración personal. De Donatis es el vicario; pero el obispo de Roma es el Pontífice. ¿Se pueden cerrar las iglesias de su diócesis sin su consentimiento?. Por supuesto que no. Pero al día siguiente De Donatis

comunica la reapertura de las iglesias parroquiales, con una carta a los fieles que inicia así: “Con una decisión sin precedentes, consultato nuestro obispo el papa Francisco, habíamos publicado ayer, 12 de marzo, el decreto que fija la clausura por tres semanas de todas nuestras iglesias”.

De Donatis que será el vicario, pero no tonto, de inmediato precisó que la primera decisión, la de cerrarlas, fue tomada con su superior. Una precisación inocente. Pero conociéndo ésta corte, en la que ya los corifeos (corifeos y siconfantes, todos juntos) daban aire a los pulmones para decir que el papa bueno había corregido la dura decisión tomada por su vice para Roma, es evidente que De Donatis ha preferido compartir con el Pontífice el honor de la acelerada clausura. Nuevamente papa Bergoglio ha mandado al frente un hombre suyo, para despues desmentirlo…

¿Incertidumbre,

comportamiento divagante, descarrilamiento?. Quizás. Pero ya hemos visto en el pasado muchas veces el mismo comportamiento del papa Bergoglio. Sin rebuscar en la memoria, me viene espontáneo el pobre George Pell, que de buen toro australiano, intentó con coraje y humildad reformar la economía, fortalecido por la animosidad del pontífice “siga adelante sin reparos hacia nadie”, para despues encontrarse restricción tras restricción, privado de todos los poderes salvo aquellos que lo controlaron posteriormente a él. Recordamos el caso de la Orden de Malta, del card. Burke animado a aclarar las ambigüedades relativas a los preservativos de la Malteser, para despues ser sustancialmente destronado.

¿Y el cardenal Rober Sarah, con la exhortación de celebrar ad orientem? Sarah

siempre ha dicho que había hablado con el pontífice, teniéndo su consenso. Para despues verse desmentido de manera plateal.

En fin, no es la edad según nuestro parecer, ni la incerteza. Es un modelo de comportamiento

premeditado. Si estuviésemos delante de una puerta y el pontífice diría,, “pase por favor”, creo que le respondería: “Despues de Usted, santidad”. No por maldad, como se dice en Roma, sino porque ya se sabe cómo son las cosas…